Relacionan la fiebre en el embarazo con el autismo
El autismo sigue siendo uno de los grandes misterios que rodean al ser humano. Por mucho que se intente investigar, buscar en la genética o en las condiciones del embarazo, hay niños que nacen con unas condiciones especiales, actitudes distintas o formas de ver y sentir el mundo que no están encajadas en lo que conocemos como «normal». Pero ¿qué es normal y qué no? Afortunadamente las definiciones van cambiando, adaptándose a una sociedad mucho más abierta y comprensiva.
Sin embargo, la ciencia no cesa en la búsqueda de la respuesta que la propia vida no le da. El autismo es una de ellas. Los antidepresivos en el embarazo, herpes digital o el paracetamol, han sido asociados con un mayor riesgo de que el bebé desarrolle autismo. A esta larga lista, ahora también se suma otro componente: la fiebre durante la gestación.
La fiebre es normal pero hay que descubrir su origen
El embarazo no es una enfermedad, y aunque debemos llevar cuidados especiales en ciertos hábitos, nuestra vida debe seguir transcurriendo dentro de la normalidad más absoluta (siempre que no nos lo contraindique el médico). Pero también es verdad que muchas de las actuaciones que tengamos a lo largo de esos nueve meses, repercutirán directamente en la salud y desarrollo de nuestro bebé. Por eso los consejos y vigilancia de nuestro ginecólogo y matrona son fundamentales para que los riesgos sean mínimos.
Los procesos febriles se suelen suceder a lo largo de nuestra vida en multitud de ocasiones. Resfriados, desarreglos hormonales o problemas con la digestión pueden llevarnos a sentirnos mal debido a una subida en nuestra temperatura corporal. Generalmente no tiene mayor importancia y con un leve tratamiento, y algo de reposo, desaparece. Pero ¿qué pasa si la fiebre llega estando embarazadas?
Riesgo mayor si es en el segundo trimestre
La revista científica Molecular Psychiatry acaba de publicar una investigación médica realizada en la Universidad de Columbia, en Nueva York, Estados Unidos, en la que, parece ser, existe una relación entre la fiebre que padece la embarazada con un mayor riesgo de autismo en su bebé.
Para trabajar en esta investigación, se tomaron los datos de casi 100 mil niños noruegos, nacidos entre 1999 y 2009. De todos ellos, 600 fueron diagnosticados como autistas. Comparando los datos de los bebés con las historias clínicas de sus madres, a lo largo de la gestación, se puede comprobar que aquellas mujeres que habían tenido un episodio de fiebre a lo largo del segundo trimestre, tenían un riesgo del 40 por ciento mayor que el resto, de que el bebé fuera autista.
Según la investigadora principal de este estudio, Mary Hornig, la fiebre es la respuesta natural que tiene nuestro cuerpo ante una infección. En la mayoría de los casos, incluso tratándose una gripe, no tiene mayores consecuencias, y no afecta al bebé, pero es importante que si la embarazada tiene varios episodios de temperatura alta, sea revisada por su médico.
Aunque todavía queda mucho por investigar y descubrir dentro del «milagro» de la gestación, y sin crear alarmas innecesarias, la fiebre podría incidir en el desarrollo neurológico del bebé, efecto que sería directo para el desarrollo del autismo.
Vía | Informe 21
Fotos | Rd y Centrolab
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