Régimen de visitas de los abuelos para estar con sus nietos

Existen puntos de inflexión en las familias que, en ocasiones, modifican el vínculo y el contacto que nietos y abuelos han tenido hasta ese momento. El cambio también puede extenderse a otros lazos familiares como, por ejemplo, tíos y primos. En ocasiones, se produce una reducción en el contacto a partir del divorcio o la separación de los padres del niño. En otras ocasiones, la distancia se produce tras el fallecimiento de uno de los progenitores. Hay que puntualizar que, generalmente, la comunicación y el afecto de los abuelos son positivos para los nietos, es decir, es un bien que respalda el interés superior del menor.

Sin embargo, más allá de la relación existente, la solicitud de un régimen de visitas que facilite el encuentro y el contacto entre abuelos y nietos, siempre tiene en cuenta aquello que resulta más conveniente para la estabilidad, desarrollo y bienestar del menor. De este modo, a partir de la evaluación de las condiciones que contextualizan la situación específica, el régimen de visitas se concede o, por el contrario, es denegado.

¿Cuándo es posible que un régimen de visitas para ver a los nietos sea denegado?

En ese caso, si el régimen de visitas es denegado, debe existir una razón objetiva por la que se determina esa resolución. Por ejemplo, puede ocurrir que las partes implicadas no hayan tenido un vínculo estrecho durante los años previos y, en consecuencia, el lazo afectivo no se ha consolidado verdaderamente. En ese supuesto, los abuelos no destacan como una figura de referencia para el menor. En general, esta consecuencia puede producirse cuando se llega a la conclusión de que, cuando el niño está con los abuelos, existe algún factor de riesgo que puede ser perjudicial para el cuidado, bienestar y seguridad del nieto.

El régimen de visitas protege los derechos de los abuelos que pueden seguir ejerciendo como tal aunque se produzcan cambios en la familia, es decir, en un caso de divorcio o tras el fallecimiento de uno de los progenitores del niño. Aunque existen otras vías más allá del marco legal, como la comunicación familiar y la búsqueda de acuerdos, no siempre es fácil que el diálogo fluya para llegar a un entendimiento. En ese tipo de situación, es posible dar el paso de tramitar esta solicitud. Pues bien, es recomendable buscar asesoramiento legal de manera personalizada para orientar el proceso con la ayuda de un abogado.

Cuando la cercanía de los abuelos es positiva para los nietos

El régimen de visitas que promueve la comunicación y el contacto entre abuelos y nietos tiene en cuenta el interés superior del menor. Y los beneficios positivos que la cercanía de los familiares directos aporta en la vida de los niños. Y es que, más allá del grado de trascendencia que adquieren los progenitores como figuras de referencia, hay otros lazos relevantes en el mapa familiar como muestra la implicación de abuelos y tíos. Sin embargo, estas relaciones, en ocasiones, se ven empañadas tras el divorcio o la separación de los padres.

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