Regalos de fin de curso para profesores: ¿Qué dificultades plantean?

Hacer regalos de fin de curso a los profesores es una moda creciente que, sin embargo, plantea numerosas dificultades en sí misma. En El Blog Infantil presentamos una selección de los inconvenientes que puede presentar un gesto que nace de una buena intención.

1. Que el regalo se convierta en norma

Un regalo puntual y ocasional, que no está motivado únicamente por la llegada de la recta final de curso, tiene una perspectiva diferente al compromiso que supone comprar cada año un obsequio especial. Por ejemplo, un pequeño detalle puede representar un gesto de gratitud en la despedida de un docente que, tras una larga trayectoria en el centro, continúa con su carrera profesional en otro lugar.

2. Los padres no conocen los gustos del profesor

El deseo de regalar siempre parte de la intención sincera de que la sorpresa guste a su destinatario. Acertar en la elección de un producto parece todo un desafío cuando no se conocen las preferencias del destinatario.

3. Cuando no todas las familias están de acuerdo

Los puntos de vista en torno a la idea de regalar parecen no dejar espacio a una posición intermedia. Por ello, es habitual que algunos padres se dejen influir por aquello que hace la mayoría. Algunas familias valoran esta tendencia como forma de gratitud hacia el docente. Otros progenitores, por el contrario, consideran que se trata de un gesto que no es necesario en sí mismo. La expresión de la gratitud no está determinada por la realización de una sorpresa.

De hecho, las palabras expresadas de forma sincera dejan una huella especial en el docente. Algunos adultos no olvidan la influencia que un profesor tuvo en sus vidas durante la infancia. Por ejemplo, todavía recuerdan alguna palabra o mensaje de reconocimiento que alimentó su autoestima. Lo mismo ocurre en el vínculo entre padres y profesores. Estos últimos agradecen el compromiso y la implicación que las familias muestran en la comunicación con el centro.

4. Se crean diferencias innecesarias entre los niños

Quizá, incluso deseando participar en la realización de un regalo, algunas familias no cuenten con las condiciones favorables para colaborar. Y, en ese caso, pueden sentirse fuera de un proyecto de grupo o verse en la obligación de dar explicaciones sobre cuestiones que son totalmente personales.

5. Quizá el profesor no se sienta cómodo recibiendo un regalo

Es habitual poner el acento en el deseo de sorprender a quien va a recibir el regalo. Sin embargo, puede ocurrir que el profesional no se sienta cómodo con la idea de recibir un obsequio material. Existe una diferencia entre un artículo que ha sido comprado en una tienda y una manualidad que ha sido realizada por los propios niños. En este último caso, es un bien que tiene un valor emocional, pero no económico.

6. Diferencias de criterio en torno a la elección del regalo o el presupuesto invertido

Existen numerosas ideas de regalo, sin embargo, es recomendable establecer unas normas comunes para colaborar en la iniciativa. A veces, todas las familias sí están de acuerdo con la idea de hacer un regalo al profesor. Pero tienen criterios distintos en torno a cuál es el obsequio más adecuado o el coste del mismo.

Por otra parte, conviene tener en cuenta que la idea de regalar en fin de curso también puede ir en contra de las normas del propio centro. Algunas instituciones educativas no comparten esta nueva moda. Los regalos de fin de curso no solo pueden establecer diferencias entre los alumnos, sino también entre los docentes. Finalmente, las dudas y dificultades que surgen en torno a esta tendencia se trasladan a los grupos de WhatsApp de padres.

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