Recuperar la sencillez

Recuperar la sencillez

Escrito por: Sandra    20 septiembre 2011    2 minutos

El otro día ví una noticia en el telediarío sobre El niño vaca. Un niño que mama de la vaca de su abuelo. A raíz de esto me he estado fijando en que a veces complicamos demasiado las cosas. He reflexionado y creo que quizás deberíamos recordar que en el fondo somos animales. En algunos aspectos deberíamos copiar su sencillez.

Un ejemplo; para dar de mamar hay demasiados productos complementarios como pezoneras, cremas cicatrizantes, saca leches. Pues yo creo que lo indispensable es el pecho de la madre y un bebé hambriento. Lo más natural y sencillo para las grietas es la propia leche y la saliva de tu bebé. Luego está el momento «caida de chupete al suelo». Todas hemos salido disparadas a esterilizarlo (por lo menos con el primer hijo). Pues tampoco es indispensable lavarlo al instante, los niños tienen que hacerse fuertes inmunológicamente hablando, ¿no?

También   tenemos las cunas o las hamacas que hacen de todo, vibran, cantan… Cuando lo único que quiere nuestro bebé es sentir nuestro calor y escuchar el sonido del corazón de su mamá. No pasa nada si tu hijo aunque tenga la mejor cuna del mundo prefiere pasar la noche junto a tí, es lo natural. Y por último quisiera mencionar los carritos de paseo. Más de una vez he salido a comprar llevando a mi bebé en el carro y he vuelto con el carro en una mano, el bebé en el otro brazo y la compra a cuestas. En estos casos también podemos ser sencillos, nos podemos hacer (o comprar) fulares para llevar a los bebés. Resultan bastante prácticos, sencillos y baratos. A todos nos gusta tener de todo pero en ocasiones lo sencillo es más útil.

Foto | Everystockphoto-Ewen and Donabel

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