Recomendaciones para evitar la deshidratación en verano
Cinco sociedades médicas han elaborado un documento, «Recomendaciones en procesos de rehidratación y deshidratación leve», para concienciarnos sobre la necesidad de beber suficiente agua, especialmente en verano e informar sobre los problemas que causa la deshidratación: pérdida del apetito, los calambres, la taquicardia, el dolor de cabeza, la sensación de mareo, la desorientación y en casos extremos, el coma y la muerte.
La guía estará disponible en las consultas de atención primaria y en las páginas web de las sociedades que la han elaborado: Asociación Española de Gastroentererología, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, y la Sociedad Española de Patología Digestiva.
Además de la recomendación para la poblacíón general, de consumir de 4 a 10 vasos de agua diarios, la guía aconseja a las mamás embarazadas que deben beber suficiente líquido más allá de la hidratación. La doctora Mª Luisa López, coordinadora del Grupo de Nutrición de SEMERGEN comentó que «en el embarazo, la evolución y desarrollo del feto está condicionado por un correcto aporte de líquidos. Una buena hidratación alivia el estreñimiento y previene las infecciones de orina».
Para las madres lactantes, recomiendan beber entre 8 y 14 vasos de líquidos diarios, porque la leche materna contine un 90 por ciento de agua. Los lactantes y los niños necesitan mayor cantidad de agua. Los expertos recomiendan la lactancia materna y que se respeten las proporciones de agua y leche en la preparación del biberón.
Los niños tienen un mayor porcentaje de agua corporal y sufren pérdidas por su actividad física. Tienen menos desarrollada la percepción de la sed y tienden a beber menos agua, por ello debemos estar pendientes de que la tomen en cantidad suficiente. Los niños son más propensos a la deshidratación porque no sólo pierden agua, también sales minerales. Las consecuencias de una deshidratación severa en un niño pueden ser muy graves.
Hay que prestar atención a los síntomas de una posible deshidratación: sed, sequedad de mucosas y de la piel o disminución de la cantidad de orina. Si la deshidratación es severa, puede producirse una pérdida brusca de peso, orina oscura y concentrada, somnolencia, dolor de cabeza y cansancio extremo.
Via | Europa Press
Foto | The Daily Green
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