Receta: Dos maneras de incluir la calabaza en la dieta
Hemos hablado de los incontables beneficios de la calabaza pero no dijimos nada sobre como prepararla. Si te pasa como a mí, que en tu casa nunca se ha consumido, es posible que te frene el no saber prepararla. Pero es muy fácil y quedan recetas muy ricas.
La forma más simple de prepararla es en puré, de esa forma puedes dársela al bebé desde que el pediatra te indique la introducción de verduras y siempre con su aprobación. Es tan sencillo como pelar la calabaza, cortarla en trozos y ponerla en agua hirviendo durante 10 minutos o hasta que se ablande. Puedes pelarla después de hervir si te resulta más sencillo. Pasarla con el pasapurés o la batidora, añadiendo una cucharadita de aceite de oliva virgen extra. Los bebés no toman sal, ni necesitan ningún aditivo más. Si dudas con el aceite consulta con el médico. Como todas las papillas de verduras se puede congelar para servirla en otro momento.
La calabaza también puede asarse. Prepara una fuente de horno impregnando todo el fondo con aceite. Corta la calabaza en dos y colócala sobre la fuente, con la piel tocando el fondo. Introduce la bandeja en el horno y ásala durante 25 minutos a 200º. Se puede servir en caliente como primer plato o en frío con un poco de miel como postre.
La calabaza se adapta bien a muchos platos para niños, se la puedes añadir al arroz, a la pasta o incluirla en el puré de verduras. No es solo un estupendo alimento, además en general los niños no la rechazan. Puedes jugar con su color para hacer los platos más divertidos y apetitosos.
Vía | Planeta mamá
Más información | Botanical
Foto | Nutrición
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