Realidad y ficción, para nuestros niños no es fácil distinguirlas

Esta mañana mi niña tenía una nueva pregunta, esta vez sencilla de responder pero con trasfondo, mamá ¿Melendi existe?. Cuando le he dicho que sí ha insistido, ¿pero de verdad de verdad?, ¿seguro que existe?. Creo que la he convencido aunque se ha disgustado un poco porque no vive cerca. Su pasión por Melendi se explica por lo machaconas que son las radios con algunas canciones y lo que le gustan a los niños las cosas repetidas hasta la saciedad. En realidad no es más que un ejemplo de su confusión.

Los niños reciben gran cantidad de información nueva, y hacia los 4 años ya pueden empezar a contextualizarla para decidir si es realidad o fantasía. Así ha sido siempre, pero nuestros pequeños tienen una dificultad añadida, las nuevas tecnologías. No sólo tienen que distinguir la realidad de la fantasía, hadas y demás, sino de la realidad virtual y la ficción. Y eso a veces es dificil también para los adultos.

Por poner un ejemplo, un documental sobre dinosaurios los muestra con imágenes tan realistas como las de una leona cazando. Lógicamente le explicamos al niño que lo primero es una recreación y lo segundo una filmación, pero ellos no tienen en que basarse para diferenciarlo por si mismos. No sirve llevarles al zoo, otras cosas que igualmente existen no las tenemos a mano para que las vean con sus propios ojos. Hay videojuegos hiperrealistas, personajes virtuales que parecen reales, etc.

No me extraña nada que mi hija pregunte estás cosas y tampoco me preocupa, de momento. Supongo que la mejor manera de ayudarle a diferenciar es con información y permitiéndole tener experiencias que le den base para hacerlo por si misma. Llegará un momento en que yo no sabré responder, pero intentaré que ambas tengamos recursos para encontrar la respuesta.

¿Te pasa lo mismo con tus hijos?

Foto | Flickr-Rubyblossom

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