A quién se parece el bebé: cómo gestionar los comentarios
Hay situaciones que se suceden de manera repetitiva en las familias tras el nacimiento de un bebé. Es habitual que en el entorno de familiares, amigos y vecinos se repita una pregunta de forma casi automática: ¿A quién se parece el niño? Aunque existen observaciones que pueden coincidir al respecto, también es habitual que distintas personas lleguen a interpretaciones totalmente diferentes.
La conversación que surge en torno al tema también evoluciona y se amplía con el propio crecimiento del niño. Existen comentarios y observaciones que no tienen otro trasfondo. Sin embargo, en ocasiones, las opiniones respecto al tema sí pueden herir los sentimientos del padre o la madre. En ese caso, no solo importa el comentario en sí mismo, sino también quién pronuncia esa información y la calidad del vínculo afectivo.
A quién se parece el bebé: cuando la conversación se convierte en foco de conflicto
Por ejemplo, si una persona tiene una relación compleja con su familia política, puede sentirse incómoda si, a pesar de que comparte algunos rasgos con el bebé, esta perspectiva parece pasar desapercibida para los demás. Es decir, el tema resulta especialmente complejo en aquellos casos en los que, más allá de lo que se dice, parece existir un trasfondo más oculto. Un trasfondo que, en realidad, se nutre de errores habituales en las relaciones familiares: incomunicación, suposiciones, interpretaciones totalmente subjetivas… Es decir, cuando los comentarios al respecto producen algún tipo de malestar interior, es aconsejable no tomar las observaciones como un ataque personal. En realidad, cada persona observa y concluye desde una perspectiva que está condicionada por su modo de ser, su experiencia de vida, su subjetividad…
La observación de los parecidos que muestra el bebé con familiares del entorno también es una expresión de amor hacia el niño y hacia ese ser querido. Y es que, aunque la prisa y la inmediatez condicionan el estilo de vida actual, hasta el punto de que la mirada se centra en aspectos superficiales en numerosas ocasiones, la vista se detiene en los detalles cuando padres, familiares y amigos contemplan el rostro del bebé. Es decir, el asombro, la admiración, el amor y la ternura se expresan a través de una mirada cercana y cariñosa.
A quién se parece el bebé: observaciones complementarias y diferentes
Generalmente, las opiniones en torno a los parecidos del bebé se presentan como visiones complementarias. Es decir, observaciones que aportan nuevos matices, amplían el punto de vista individual o aportan un viaje en el tiempo. Y es que, cuando se trata de identificar los posibles parecidos del niño, también es posible encontrar información relevante en las fotografías de la infancia de abuelos, padres y seres queridos cercanos.
En algunas ocasiones, el parecido principal con un progenitor en concreto es tan marcado que la evidencia se convierte en una observación general. En la mayoría de las ocasiones es habitual que el entorno observe rasgos y características de ambos en el bebé. En la mayoría de las ocasiones, los comentarios en torno a los parecidos razonables del bebé remiten únicamente a eso. Sin embargo, en ocasiones, la cuestión adquiere un trasfondo más emocional. Y, en algunos casos, puede convertirse incluso en motivo de conflicto (aunque no se exteriorice claramente).
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