Quemaduras en pequeños
Mal que nos pese, y sin intención de hacer sentir culpable a nadie, cuando un pequeño se quema es por falta de atención de los adultos. De hecho, estadísticamente, el 70 por ciento de los accidentes domésticos en niños son quemaduras. Los pequeños suelen quemarse con el derrame de líquidos calientes, como agua o leche.
Por lo general los niños menores de cinco años tienen mayor tendencia a quemarse. Si bien debemos tomar todas las precauciones necesarias, las quemaduras, afortunadamente no implican un riesgo alto de muerte. Sólo un 1 por ciento de los niños quemados están en peligro, y esto es como consecuencias de las infecciones y las complicaciones del organismo.
Técnicamente cuando se habla de quemaduras, los médicos se refieren a necrosis progresiva, que puede ser consecuencia de una exposición al calor, electricidad o diferentes sustancias químicas.
Existen diferentes grados de quemaduras. Las más profundas, contrariamente a lo que pensamos, se reconocen por ausencia de dolor y sensibilidad. En cambio, las quemaduras que son superficiales traen fuertes dolores, alta sensibilidad y aparición de ampollas.
A pesar de estas características nosotras no sabremos determinar si la lastimadura es superficial o no, lo mejor, entonces, será acudir a un centro de salud para que le brinden el diagnóstico exacto y para que le realicen las primeras curaciones.
Muchas veces recién después de 21 días del accidente se puede determinar a ciencia cierta como evolucionó el pequeño, ya que, hasta ese plazo las quemaduras medias o graves no se pudieron curar.
Vía | Ser Padres Hoy
Foto | Flickr – Antifama