¿Qué es la normalización según el método Montessori?
Un ambiente Montessori es un espacio seguro y preparado para reforzar la autonomía infantil. De este modo, el alumno dispone de la libertad de cultivar sus intereses por iniciativa propia. Dedica más tiempo a aquellas actividades que le gustan y se concentra en objetivos que le entretienen. Y, por otra parte, desarrolla sus habilidades, su talento y sus capacidades. Se produce el contexto propicio para la expresión de la espontaneidad cuando las decisiones del niño están alineadas con sus preferencias.
Existe un concepto que adquiere una relevancia educativa y filosófica en el contexto de la educación Montessori: normalización. Un término que recuerda que cada niño es único y diferente a los demás. A través de la espontaneidad, el niño desarrolla comportamientos positivos. Está motivado en aquello que hace. Mantiene su atención y su concentración en una tarea. En definitiva, disfruta y experimenta emociones agradables que favorecen el propio proceso de aprendizaje. Un estado que también propicia la empatía, la amabilidad y la bondad.
Un ambiente preparado para alimentar el orden interno
Cuando una elección está alineada con la libertad, la opción seleccionada cubre los deseos y necesidades que han motivado esa determinación. Y, por tanto, surge un estado de ánimo de calma y tranquilidad. Un ambiente preparado crea el escenario educativo en el que el alumno dispone de la capacidad de tomar decisiones acordes a su edad. El propio entorno, a través de su organización y estructura, propicia el orden, el cuidado, la seguridad, la independencia y el amor.
De hecho, es posible poner en relación el entorno exterior, aquel en el que se encuentra el alumno, con su propio mundo interior. El orden visible en un lugar decorado según los principios del método Montessori se alinea con el desarrollo del orden interno que refuerza el mantenimiento de hábitos y rutinas. Cuando el entorno inmediato presenta un amplio catálogo de posibilidades, que están en relación con la etapa en la que se encuentra el niño, descubre oportunidades que causan alegría.
Propiciar un aprendizaje sin interrupciones
Todos los materiales y propuestas que forman parte del espacio preparado han sido presentados al niño. Y, al tener conocimiento de los mismos, elige de forma autónoma. El nivel de motivación, implicación y atención crecen. Durante el proceso de descubrimiento y de juego es importante que el niño pueda concentrarse en aquello que hace. Y, en consecuencia, es preciso no interrumpirle. Esa pausa puede alterar de forma negativa el ritmo de ese momento.
El concepto de normalización descrito en el marco del método Montessori tiene un componente humanista y antropológico. El disfrute interior se convierte en la mayor fuente de motivación para el desarrollo de una actividad. Una experiencia que propicia el desarrollo de la disciplina. El proceso de normalización no remite a normas o etiquetas. Describe un proceso de desarrollo que está alineado con el ser único e irrepetible de cada niño.
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