Por qué mienten los niños

Por qué mienten los niños

Escrito por: Leticia   @leticiadelpino    29 mayo 2017    3 minutos

A determinada edad podemos ver que los niños comienzan a decir algunas mentiritas o exageran ciertas situaciones, esto nos genera cierto grado de preocupación.

A determinada edad podemos ver que los niños comienzan a decir algunas mentiritas o exageran ciertas situaciones, esto nos genera cierto grado de preocupación ya que no entendemos por qué actúa de esta manera. Se puede llegar a pensar que algunas mentiras podrían aportar algo o lo hacen para evitar ciertos problemas, pero no entendemos cuando mienten sin ningún fin específico.

Kang Lee, un investigador canadiense, considera que es normal que los pequeños mientan desde una edad temprana. Pueden empezar a mentir a partir de los dos años y al llegar a los 12 años dejarán de hacerlo. Según el experto considera que las mentiras podrían ser parte de su imaginación o de su fantasía, por ejemplo, cuando un niños de cuatro años que asegura que dialoga con su osito de peluche.

Razones por las que mienten

En términos generales podemos decir que los niños mienten por algunas razones.

Alrededor de los seis años aparecen las conocidas como ‘mentiras blancas’.

En primer lugar encontramos la frustración, por ejemplo, cuando el pequeño señala que tiene muchos juguetes cuando en realidad tiene muy pocos. O cuando busca llamar la atención, inventar un dolor, mentir sobre algún peligro (así llamará la atención de los adultos, especialmente cuando están desatendidos).

Otra causa de las mentiras es tener un exceso de exigencia o por imitación Y, por último, nos referiremos al miedo al castigo. Ante el miedo a un castigo o reprobación por parte de los adultos los niños comienzan con las mentiras infantiles. Algunos niños dicen mentiras para evitar los posibles castigos.

Alrededor de los seis años aparecen las conocidas como ‘mentiras blancas’, las mismas buscan beneficiar a otras personas o cuando no quieren herir los sentimientos de los demás.

Diferentes investigaciones llegaron a demostrar que los pequeños con mayor habilidad cognitiva suelen mentir más, esto sucede porque para mentir se necesita tener la mente clara y después manipularla. Para mentir se debe tener claridad de razonamiento y pensamiento. A pesar de estas conclusiones es muy importante que lo niños aprendan a valorar la honestidad evitando que la mentira se convierta en algo frecuente, constante.

Lo primero que deberemos hacer frente a la mentira es evaluar por qué se está diciéndolas, si es para no meterse en problemas o quedar bien frente a los demás. No es bueno amenazarlo si notamos que está mintiendo sino enseñarle el valor de la honestidad.

Es bueno hablar con los niños acerca de las mentiras, se les puede explicar los motivos por los que es desagradable y que mentir nunca es una buena excusa, la mentira provoca una disminución de confianza en otras personas y cuanto más se miente más complicado será para los demás creer y tener confianza.

Pensemos que los niños siempre nos están observando, por ese motivo se deberá predicar con el ejemplo. En ocasiones los adultos decimos mentiras, que consideramos inofensivas, olvidándonos que los pequeños nos están mirando. Los niños menores de 10 años no tienen la posibilidad de diferenciar entra las mentiras grandes y las mentiras pequeñas, por eso debemos tener cuidado de nuestras acciones y palabras.

Vía | Psicología infantil
Foto | Pixabay – Pexels

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