¿Qué hacer si los niños se aburren durante el fin de semana?
El aburrimiento puede presentarse en contextos diferentes. En ocasiones, surge durante el fin de semana. ¿Qué puedes hacer en ese caso como progenitor para contextualizar la situación?
1. El cambio de ritmo y los espacios vacíos
Con la llegada del fin de semana, se produce un giro en el ritmo del calendario habitual. La organización del tiempo es más flexible y abierta a la improvisación durante el sábado y el domingo. Este cambio de perspectiva tiene sus ventajas, pero también genera nuevas emociones.
2. El aburrimiento también puede confundirse con otras sensaciones y emociones
Por supuesto, aburrirse es una experiencia que puede producirse durante el fin de semana. Sin embargo, si se repite con frecuencia, es aconsejable profundizar en torno a las causas y consecuencias de la situación. Puede ocurrir que el aburrimiento se confunda o esté vinculado con otras emociones y sensaciones que necesitan ser atendidas.
3. Tener una lista de planes y rutinas para el fin de semana
Algunos fines de semana están acompañados por actividades y planes más especiales como, por ejemplo, fiestas de cumpleaños, viajes o sesiones de cine. Pero hay otros muchos fines de semana que se desarrollan de forma más sencilla. Es recomendable tener una lista de ideas con propuestas y actividades que pueden llevarse a cabo con facilidad en sábado o domingo como, por ejemplo, visitar a los abuelos.
4. Habla en positivo del domingo por la tarde
El domingo por la tarde se convierte en un momento complejo de la semana para algunos adultos. Tras la alegría previa del fin de semana, comienza la cuenta atrás para retomar el ritmo del lunes. Intenta no transmitir a tu hijo una visión negativa sobre este día de la semana porque, en esencia, lo verdaderamente recomendable es aprender a vivir el presente.
Intenta afrontar la recta final del fin de semana desde una perspectiva constructiva. Utiliza la planificación y la programación para organizar algunos detalles de los próximos días, estar en calma con la familia o hacer planes por el barrio.
5. Vivir el aburrimiento sin sobreproteger
El aburrimiento no es negativo si no se convierte en crónico, es decir, si no se transforma en una vivencia habitual a nivel interno. Así como es positivo vivir la tristeza o la desilusión con naturalidad, cuando se produce en un contexto que despierta esa respuesta emocional, el aburrimiento imprime su propia huella. Y no se trata de evitarla, negarla o rechazarla. Sin duda, hay muchos momentos en los que puedes tomar tú la iniciativa para proponer planes y actividades en familia.
Pero intenta no adoptar un rol de sobreprotección ante el aburrimiento infantil. Cuando el aburrimiento se integra en el universo infantil, también ofrece un nuevo escenario para que los niños desarrollen nuevas herramientas, respuestas y habilidades para crear nuevas circunstancias. Es decir, el punto de inflexión no tiene por qué llegar de forma externa, puesto que el ser humano destaca por su potencial creativo.
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