Qué hacer cuando tienes miedo de que le pase algo malo al bebé
Existen temores que pueden llegar a ser muy persistentes. En ocasiones, no giran en torno a un asunto concreto y específico.
Por ejemplo, algunas madres y padres pueden convivir con la angustia que produce la sensación de creer que puede ocurrirle algo malo al bebé en cualquier momento.
Cuál es la diferencia entre el temor y el miedo irracional
El temor surge de forma natural cuando existe una reacción de causa y efecto. Es decir, ante la amenaza de un peligro real y objetivo, nace un estado de alerta. Sin embargo, el miedo irracional es aquel que deriva en la anticipación continua de hipótesis y riesgos que, incluso cuando no se enmarcan de forma objetiva en el horizonte próximo, generan un sufrimiento ilimitado. Sencillamente, las emociones y sentimientos que vive un padre o una madre que teme que a su hijo pueda ocurrirle algo malo son muy reales e intensos.
Qué hacer cuando tienes miedo de que a tu hijo le ocurra algo malo: consejos
Diferencia entre probabilidad y posibilidad en el corto plazo. Los peligros potenciales pueden ser prácticamente infinitos en el futuro, sin embargo, la probabilidad de que se produzcan se reduce de forma significativa a corto plazo.
Limita la atención que dedicas a las noticias negativas a través de las redes sociales y medios de comunicación. No se trata de ignorar los aspectos menos amables de la realidad. Sin embargo, uno de los riesgos de la sobreinformación es permanecer constantemente enfocado en datos que generan angustia, preocupación y alarma.
Pide ayuda psicológica si consideras que el miedo a que tu hijo le ocurra algo malo te afecta de forma muy negativa en tu día a día. Existen herramientas y recursos que pueden ayudarte a avanzar, a través del autoconocimiento y la inteligencia emocional, para recuperar la calma y la tranquilidad.
También es recomendable que verbalices dicho temor. Es muy posible que compruebes que otras personas también lo han sentido en algún momento.
Limita la tendencia hacia la sobreprotección como una respuesta emocional ante el miedo que sientes. Dicha sobreprotección agrava todavía más la angustia y el miedo porque, a pesar de aspirar a controlarlo todo, es imposible lograr ese objetivo.
Finalmente, cultiva otros pensamientos alternativos a aquellos que te roban la paz porque la forma de pensar influye en la serenidad de ánimo o, por el contrario, la altera. Los pensamientos que elevan el miedo ante la posibilidad de que al bebé pueda ocurrirle algo malo, tienden a tener un tono catastrofista, alarmante y dramático.
Quizá puedas añadir un poco de sentido del humor a la situación, relativizar una circunstancia concreta o generar otras ideas más amables que conectan con una visión de la vida que te abraza y te arropa. Ten en cuenta que no es positivo que traslades a tu hijo una visión del mundo como un horizonte inseguro. Sencillamente, a lo largo de su crecimiento, irá exponiéndose a nuevas situaciones y tú no podrás protegerle de todos los riesgos (como tampoco puedes hacerlo contigo).
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