Qué hacer cuando las rabietas se producen en público: 5 consejos
La opinión de los demás puede condicionar de un modo negativo a niños, adolescentes, jóvenes y adultos. La preocupación por el qué dirán también se manifiesta en diferentes escenarios de la vida familiar. Por ejemplo, es posible que hayas sentido un mayor nivel de incomodidad y tensión interna cuando tu hijo tiene una rabieta en un lugar en el que es observado por otras personas.
Es decir, estas reacciones no solo pueden producirse en el hogar, sino también en la calle. Es una circunstancia que se repite con más frecuencia en torno a los 3 años. ¿Cómo gestionar la situación con tranquilidad?
1. Conecta con tu respiración y con tu tono de voz
Las rabietas en público ponen a prueba la paciencia. ¿Cómo alimentar la calma y la tranquilidad en el modo de afrontar la situación? Conecta con tu respiración y con tu tono de voz. Dos ingredientes que te ayudan a centrar tu atención principalmente en el presente. Es importante que le acompañes y le observes con tu presencia consciente. La atención es clave para identificar factores de riesgo en el entorno.
2. Si tienes la posibilidad, busca un lugar más tranquilo
La respuesta ante la situación no entiende de normas perfectamente establecidas. Sin embargo, la intuición también puede influir positivamente en la toma de decisiones. Por ejemplo, si la situación se produce en un espacio público, ten en cuenta que existen zonas que son más transitadas y puntos concretos que pasan más desapercibidos.
3. Normaliza la situación
En ocasiones, la percepción de la rabieta está condicionada por las creencias del adulto que interpreta esa situación a partir de supuestos, ideas estereotipadas y creencias limitantes. No juzgues de un modo negativo la emoción de tu hijo: valida cómo se siente, más allá del contexto en el que se produce su respuesta. En ocasiones, el diálogo interior del adulto se centra en la opinión de los demás, al sentirse observado por aquellos que pasan por el lugar.
Pues bien, es probable que tu visión de la situación sea diferente si imaginas esa escena como espectador, en lugar de como protagonista.
4. Mensaje coherente y normas claras
Una rabieta en público muestra un contexto diferente al hogar. En ese caso, la evolución de la escena transcurre en un espacio accesible para los demás. Sin embargo, esa circunstancia no se convierte en un motivo objetivo para ceder o relativizar el valor de una norma que quieres transmitir a tu hijo a largo plazo. Validar su emoción implica dar espacio a sus sentimientos. Pero no significa concederle aquello que desea (si consideras que no es lo más adecuado para tu hijo).
5. No te justifiques ni des explicaciones a los demás
Hay diferentes maneras de posicionarse ante una escena que describe una rabieta infantil. Cuando este hecho se materializa en un lugar público, existen personas que toman la iniciativa de dar su consejo o su opinión ante lo que está ocurriendo. No entres en la dinámica de justificarte o dar explicaciones a desconocidos. No desvíes tu atención de lo verdaderamente importante: conectar emocionalmente con tu hijo. Espera a que la intensidad emocional de la rabieta baje para hablar con él con más tranquilidad.
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