Qué es el falso espejismo de la igualdad en la sociedad actual

La búsqueda de igualdad real entre hombres y mujeres muestra un horizonte de libertad, bienestar y desarrollo en una sociedad que, desde esta perspectiva, protege el bien común. Sin embargo, aunque la igualdad es un valor y un derecho tan relevante, que se hace visible a través de avances, mejoras sociales y hechos importantes, dicho concepto también se presenta como un espejismo. Un espejismo que, en la práctica, nos recuerda que todavía queda un camino por recorrer en este ámbito. Y es que, existen situaciones de desigualdad que impactan en mujeres y niñas en el ámbito laboral, educativo y social.

En definitiva, la igualdad real puede quedar condicionada por la expectativa de un espejismo que produce una percepción falsa, limitada o reduccionista de la realidad. Y es que, más allá de la apariencia, existen muchas dificultades que en su origen están vinculadas con este tema. Por ejemplo, la carga mental con la que conviven tantas madres es un reflejo de que todavía existen desigualdades en el reparto de todas las responsabilidades familiares.

Cuando la igualdad real solo es aparente

La vida laboral de muchas mujeres profesionales experimenta un punto de inflexión tras formar una familia. De hecho, es en ese momento cuando la mujer también puede tomar conciencia de que, esa idea de igualdad real en la que creía realmente, no es tan sólida en la práctica. Al menos, cuando surgen las dificultades para conciliar el trabajo y la vida familiar, cuando se produce una pausa no deseada en el ámbito laboral o se reduce el nivel de empleabilidad.

La igualdad real también se percibe como un espejismo en el techo de cristal que limita la carrera profesional de tantas mujeres con talento y experiencia que, sin embargo, superan grandes obstáculos para acceder a puestos directivos. La búsqueda de la igualdad implica una protección de derechos y responsabilidades. Incluso cuando esas situaciones de desigualdad no se viven en primera persona, es posible observar y conocer otras realidades que ponen el foco en todo aquello que todavía queda por hacer.

La educación es clave para luchar contra el espejismo de la igualdad

Desde ese espejismo de la igualdad se enmascara una realidad diferente ante la que hombres y mujeres parecen plenamente iguales en derechos y oportunidades, al haber superado roles y estereotipos del pasado. Y cuando la igualdad real se integra como un hecho en el lenguaje cotidiano, existe el riesgo de que las situaciones de desigualdad pasen desapercibidas o se relativicen.

El espejismo de la igualdad implica a diferentes generaciones en la sociedad actual. La educación es un medio esencial para hacerle frente y limitar su impacto. Por ello, este tema también invita a la reflexión de familias y educadores. Y es que, más allá de la apariencia, existen situaciones y estereotipos que todavía siguen condicionando la mirada de niños y niñas cuando se normalizan situaciones que reflejan algún tipo de desigualdad.

Opinión #igualdad #mujeres