¿Qué es la revictimización en un caso de acoso escolar?
La vulnerabilidad de la víctima en un caso de acoso escolar aumenta cuando se expone a algún tipo de revictimización. En ese caso, en lugar de sentirse acogida experimenta la percepción opuesta. Es algo que no solo puede ocurrir cuando se pone en duda el testimonio de quien sufre situaciones de acoso escolar, sino también cuando se relativiza lo ocurrido o se le quita importancia.
Hay tantos agentes implicados en una situación de acoso que es probable que el afectado se exponga a estar en contacto con alguien que niega los hechos, encuentra otra intención en lo ocurrido o silencia lo que ha pasado. Los testigos pueden adoptar posiciones muy diferentes en este contexto.
Cuando se pone en duda o se relativiza el testimonio de la víctima
El testimonio de una víctima de acoso escolar es muy importante no solo por lo que significa, sino también por las circunstancias en las que se produce. Con frecuencia, el testimonio se produce después de haber silenciado lo ocurrido durante meses. El miedo, la inseguridad y la vergüenza también son habituales a nivel emocional.
La huella de lo vivido en torno al acoso escolar puede perdurar durante años, como muestra el testimonio compartido por quienes en algún momento han llevado a cabo diferentes iniciativas para luchar con el bullying. La huella de ese pasado que adquiere la forma de humillaciones, aislamiento, vacío y otro tipo de daño también puede volver a revivirse en otras situaciones presentes que conectan nuevamente con otra etapa de la vida. Una experiencia que muestra otra forma de revictimización.
Situaciones que suponen un sufrimiento añadido
El riesgo de una posible revictimización también se produce en otro tipo de contradicción que se enmarca en la búsqueda de soluciones dentro de situaciones de acoso. ¿Qué sucede cuando es la víctima quien abandona su centro escolar para comenzar otra etapa en una institución diferente? En ese caso, la persona afectada por el acoso, además del sufrimiento acumulado, se aleja de su entorno de referencia.
La revictimización también se produce en aquellos casos en los que, de algún modo, se culpa a la víctima por lo ocurrido o se deposita sobre ella el peso de algún rasgo, factor o comportamiento que puede potenciar el riesgo de acoso. Las acciones y hechos que muestran una forma de acoso escolar inciden directamente sobre la víctima. Producen un daño que impacta en su autoestima, su forma de afrontar la rutina, su manera de percibirse a sí misma, el modo en el que se relaciona con los demás…
Cuando el acoso diario se prolonga durante demasiado tiempo, el alcance del daño es acumulativo. Es decir, su huella suma nuevos matices. Pues bien, cuando se produce una revictimización, se deposita sobre la víctima un sufrimiento añadido e innecesario. En ese caso, por medio de la revictimización, la persona vuelve a revivir lo ocurrido.
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