¿Qué es la placenta acreta, increnta, percreta? (Parte II)
Un artículo más en el que hablaremos de una de las complicaciones que podrían aparecer en la etapa de la gestación, nos referimos a la placenta acreta, increta o percreta. Se da cuando la placenta se adhiere a la pared del útero con mayor profundidad.
Actualmente no se puede determinar cuál es la causa que genera este problema, pero en algunas oportunidades sucede que si la mujer tiene una cicatriz de una cirugía está más predispuesta. Especialmente cuando se sacó un fibroma o si tuvo anteriormente una cesárea. Recordemos que el fibroma es un tumor que crece en una de las paredes del útero.
Existen algunos factores que podrían incrementar las posibilidades de sufrir estos problemas en la placenta, entre las más importantes encontramos el hecho de fumar, tener más de 35 años de edad, tener embarazos anteriores, haber pasado por cesáreas, tener placenta previa.
Existen algunos factores que podrían incrementar las posibilidades de sufrir estos problemas en la placenta.
Formas de reducir las posibilidades de tener placenta acreta
Una de las maneras de reducir las posibilidades es tener partos vaginales en lugar de cesáreas. Solo dejar la posibilidad de la cesárea cuando la salud del bebé o de la madre están en peligro o cuando el médico lo considere estrictamente necesario.
Evitar la programación de una cesárea por razones que no sean médicas sería muy positivo, sabemos que algunas mujeres por diferentes motivos prefieren ir directamente a un cesárea, especialmente cuando desean que su pequeño nazca en determinado día o cuando tienen miedos al parto.
Por otro lado, sabemos que actualmente, existe la posibilidad después de haber pasado por una primera cesárea, ir a un parto vaginal. Esto se denomina ‘parto vaginal después de una cesárea’ (VBAC). En muchas oportunidades esto será posible, para eso se evaluará la salud de la paciente y el tipo de corte que haya tenido en la cesárea. Un tema que tendrás que hablar con el obstetra, pero que no tienes que desestimarlo hasta que el profesional te brinde su opinión y consejo.
En ciertas oportunidades la placenta no se llega a desarrollar correctamente o no funciona de forma adecuada, puede ser más delgada de lo normal, más gruesa o tener un lóbulo demás, también puede pasar que el cordón umbilical no se encuentra adherido correctamente. En otras oportunidades algunos problemas como los infartos, coágulos de sangre o distintas infecciones podría dañar la placenta.
Consecuencias de los problemas en la placenta
Los problemas en la placenta podrían generar consecuencias tanto en la madre como en el bebé. Algunos riesgos: sufrir un aborto espontáneo, mal desarrollo del bebé, partos prematuros, sangrado en el parto, el bebé podrá sufrir de defectos de nacimiento.
Será el médico quien controlará la placenta después del parto, en el caso de que lo considere necesario podrá enviarla al laboratorio para analizarla, especialmente cuando el bebé haya nacido con problemas de crecimiento.
Vía | Nacer Sano
Foto | Pixabay – Greyerbaby / Pixabay – Redgular
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