Qué es la hiperpaternidad: características y consecuencias

Los tipos de crianza se amplían con los cambios sociales que influyen en el estilo de vida familiar. Existe un concepto que ha adquirido una mayor visibilidad en el ámbito educativo: la hiperpaternidad o la hipermaternidad.

¿Quiénes son los hiperpadres y por qué adoptan este rol?

En el lenguaje coloquial, se utilizan diferentes símbolos y metáforas para describir la realidad de aquellos progenitores que giran constantemente en torno a las necesidades de los niños. Pero no lo hacen desde el equilibrio y la medida, sino desde el exceso, la anticipación y la sobreprotección.

El concepto de “padres helicóptero” se amplía con otras expresiones que resultan igualmente descriptivas. Los “padres dron”, utilizando un lenguaje más tecnológico, se implican para resolver cualquier dificultad que afecte al menor. Por su parte, los “padres agenda” anotan toda la información para evitar que el niño olvide cualquier aspecto relacionado con los deberes, las actividades extraescolares o los próximos planes.

Por tanto, es posible utilizar diferentes referencias para describir una misma realidad: la sobreprotección. Desde el punto de vista de una educación centrada en el corto plazo, la sobreprotección produce una falsa sensación de seguridad. Sin embargo, ese cuidado que proporciona un bien aparente en el menor, le produce una sensación de indefensión a largo plazo.

Cuando el entorno le da más recursos de los que verdaderamente necesita, no encuentra el contexto necesario para ejercitar sus propias habilidades y potenciar su resiliencia. Eva Millet Malagarriga desarrolla este tema en su libro titulado Hiperpaternidad.

¿Cuáles son las principales características de la hiperpaternidad?

¿Cómo identificar este estilo de crianza en las familias con niños pequeños? En primer lugar, el centro de la vida familiar gira continuamente en torno a los niños y los temas que tienen que ver con el cuidado, la crianza, la formación y la felicidad. Además, crece la tendencia hacia la anticipación de posibles carencias, dificultades, problemas o necesidades. La exigencia del hiperpadre o de la hipermadre hace que siempre intente ir un paso por delante de la realidad.

A través de su implicación desmedida y su atención permanente pretende proporcionar al niño un amplio número de oportunidades de ocio, aprendizaje, desarrollo y bienestar. Sin embargo, su sobreprotección genera el efecto contrario: reduce la iniciativa, la creatividad, la capacidad y la autonomía infantil. Por otra parte, crece el nivel de frustración ante el menor inconveniente Las expectativas de la hiperpaternidad no solo recaen sobre el rol del propio adulto.

Este da una gran importancia a su papel. Pero este rol ocupa tanto espacio en su día a día que le impide desarrollar otras facetas personales que también son positivas. Conviene indicar que la hiperpaternidad también deposita altas expectativas en la evolución infantil. Es habitual que los niños empiecen a convivir con agendas repletas de ocupaciones, actividades extraescolares y aficiones conforme avanzan en su vida académica.

Pero las altas expectativas de la hiperpaternidad están presentes desde el nacimiento. El padre visualiza el potencial del bebé desde una mirada idealizada y condicionada por sus propias creencias.

Qué efectos produce la hiperpaternidad en las familias con hijos

La hiperpaternidad parte desde una perspectiva exigente y perfeccionista. Es imposible sostener ese grado de implicación de manera permanente. Por ello, es una forma de crianza que produce tensión, preocupación, estrés e intranquilidad. Pero también alimenta el sentimiento de culpa que se produce cuando el sujeto cree que no ha cumplido con sus propias expectativas.

El deseo de control y la búsqueda de seguridad, que están tan presentes en la intención de los padres, no solo potencian las inseguridades en los niños, sino también en ellos mismos. Con frecuencia, se marcan objetivos que son imposibles.

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