¿Qué es la crisis del hábito lector en niños?

Afianzar un hábito es una experiencia que está acompañada por un largo proceso. Y, sin embargo, una rutina arraigada puede debilitarse aparentemente durante un periodo de crisis. Las crisis también simbolizan una oportunidad para el crecimiento. Y cuando se producen en el contexto del interés por la lectura, pueden suponer una motivación para encontrar libros que conecten con los gustos personales. La crisis del hábito lector se produce en la etapa adulta, pero también en la infancia.

En ese caso, el niño muestra un mayor interés por otras actividades de ocio y dedica menos espacio al descubrimiento de nuevas historias. Cada hijo puede experimentar esta circunstancia en la niñez o en la adolescencia. Algunos lectores viven un periodo de mayor desinterés hacia los libros cuando tienen entre 7 o 10 años.

¿Y cómo se manifiesta el cambio de expectativas en los niños?

Generalmente, sigue un proceso gradual. Pero puede percibirse como especialmente visible cuando son numerosos los indicios que señalan un cambio en las preferencias de entretenimiento. Las visitas a la biblioteca ya no le parecen tan emocionantes. Los libros ocupan espacio en las estanterías del hogar, pero sus páginas no llaman su atención. Por otra parte, también puede que deje historias sin terminar.

Una situación que contrasta con la ilusión de tantos cuentos leídos con anterioridad a ese momento. Lecturas compartidas, en voz alta o en silencio que afianzaron las bases de un hábito lector que no ha desaparecido, aunque el niño se muestre más distanciado respecto a los libros. La semilla de esa experiencia le siguen acompañando.

¿Pero cuáles son las causas de la crisis del hábito lector en los niños?

No hay un motivo universal que dé con la respuesta exacta en todos los casos. Cada lector experimenta su propia realidad interna. Sin embargo, una de las causas frecuentes es la dificultad para encontrar historias que conecten verdaderamente con los intereses personales actuales.

El niño crece y evoluciona. Y su evolución también se refleja en sus expectativas como lector. Conviene recordar que las bibliotecas no solo ofrecen una fuente extensa de títulos, sino el asesoramiento especializado de los bibliotecarios que acompañan a los usuarios para elegir libros adaptados a su edad.

Por otra parte, el exceso de ocupaciones también puede hacer que el espacio destinado a la lectura quede en un segundo plano. Imagina, por ejemplo, una agenda que está muy llena de actividades extraescolares. El nivel de energía del niño no es infinito. Y el descanso es una necesidad. Es decir, puede que otras tareas estén ocupando el espacio de la lectura.

Además, también puede suceder que el niño ya conozca prácticamente de memoria los detalles más relevantes que componen la trama de las obras que tiene en casa. Y, como consecuencia de ello, se aburre. Las colecciones y series de libros son muy atractivas en este caso porque ofrecen el aliciente de descubrir nuevas historias que giran en torno a un personaje principal.

Finalmente, también ocurre que el hábito lector del niño se debilita cuando en el hogar no observa otros ejemplos de seres queridos que se entretienen verdaderamente con la literatura.

Lecturas Infantiles #lectura #leer