¿Qué es la coherencia educativa y cómo se manifiesta?
El valor de la coherencia es uno de los más admirados en un contexto social marcado por el cambio constante. Y, sin embargo, más allá de cualquier novedad, la coherencia educativa recuerda que existen aspectos importantes que permanecen. Este término implica de forma directa a centros educativos, profesionales y familias. De hecho, los tres pilares colaboran de forma perfectamente coordinada cuando existe una cohesión entre las partes.
De este modo, mantienen un diálogo cercano para avanzar hacia las metas comunes: aquellas que son beneficiosas para el niño. ¿En qué tipo de situaciones se muestra la importancia de dicho valor?
La coherencia educativa en la labor del profesor
En primer lugar, el docente es un facilitador en la transmisión de conocimientos. Pero, a su vez, cuando actúa con coherencia pedagógica, es consciente de su perfil como eterno alumno. Así sucede cuando se prepara para ampliar sus competencias y habilidades. Y, también, para alimentar su propia vocación profesional. Por otra parte, un docente se integra en un un equipo que trabaja de forma alineada con la misión, la visión y los valores del centro. Es decir, su función se enmarca en un proyecto educativo. Por ello, existe una coherencia cuando es consciente de la posición que ocupa en el centro.
Por otra parte, el propio docente puede convertirse en un verdadero mentor para los alumnos. Pero, para ello, debe transmitir una coherencia frecuente en sus palabras y acciones. De lo contrario, existen contradicciones que producen confusión en el mensaje enviado.
Coherencia educativa en la elección de un centro
La coherencia educativa, como hemos comentado, también implica a las familias. De hecho, interviene de forma directa desde el mismo instante en el que los progenitores inician la búsqueda de un colegio. En ese caso, es importante que compartan los principales valores del proyecto educativo. Si no existe una base compartida entre la familia y la institución educativa en la que estudia el alumno, surgen más obstáculos en la comunicación entre las partes.
Pero el propio centro educativo debe proyectar una imagen transparente y sincera de sí mismo. De lo contrario, surgen las contradicciones entre el mensaje enviado en la teoría y las lecciones experimentadas en la práctica. Cuanto mayor es la distancia que se produce entre ambos planos, más aumenta el nivel de desencanto de las familias: sus expectativas se rompen a partir de datos objetivos. Además, el mensaje que el niño recibe queda más claro si no solo lo descubre en el centro educativo, sino también en casa.
La coherencia educativa, por otra parte, refleja un compromiso a largo plazo con los criterios esenciales. No establece continuas excepciones a la norma sino que se integra en el marco de referencia para aportar luz, comprensión y sentido a cualquier situación de la vida cotidiana.
Atención personalizada
Los matices del proceso de enseñanza-aprendizaje son siempre únicos. Por ello, la coherencia tiene en cuenta la importancia de la atención a las necesidades individuales. Si cada ser humano es totalmente irrepetible, cada uno experimenta su propia historia.
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