Qué es duelo familiar: clave para ayudar a niños y adolescentes

Cuando se produce la muerte de un ser querido en el ámbito familiar, es habitual que el entorno se organice para brindar un apoyo principal a quienes por algún motivo se perciben como más vulnerables. De este modo, es posible dirigir el foco hacia la protección de los niños y surgen respuestas habituales para intentar evitar la exposición a situaciones que, en ocasiones, los padres consideran que es mejor que los hijos no vivan de cerca. Por su parte, la adolescencia es un periodo en el que, en relación con la muerte, existe una mayor consciencia de lo que implica.

Cada persona que forma parte de la red familiar experimenta su propio camino de despedida, asimilación de los cambios, expresión de sus emociones, vivencia del duelo y recuperación de la alegría. Y eso no significa que la experiencia que cada persona protagoniza en torno al duelo sea lineal e idéntica a todas las demás.

Más allá del duelo individual: la pérdida afecta a toda la familia

Existe un proceso de duelo que trasciende y va más allá de la visión individual: el duelo familiar remite a la huella que produce la perdida al conjunto del sistema familiar. Y es que, el ser querido fallecido deja una memoria y una ausencia. Con su pérdida, el entorno se reestructura de manera gradual a través de nuevas rutinas, modificaciones o decisiones necesarias.

Desde la perspectiva del duelo individual, padres, madres, abuelos y personas cercanas pueden acompañar de forma especial a aquellos niños y adolescentes que han sido impactados por la pérdida. De este modo, se produce una atención y un cuidado emocional que refuerza la empatía, la sensibilidad la escucha. Es decir, la familia puede actuar como un pilar y un apoyo en su conjunto.

Pero, en ocasiones, padres y madres, inmersos en la complejidad de la realidad que viven cuando se produce la muerte de un ser querido, pierden de vista la visión del duelo familiar como una realidad que afecta al conjunto (aunque no impacte de la misma forma en todos sus miembros). De este modo, es muy importante aportar estabilidad a los hijos, ya sean niños o adolescentes. Y también es fundamental que los adultos se den el espacio preciso para vivir sus emociones desde la perspectiva del duelo individual.

Padres y madres ante el duelo: también deben atenderse a sí mismos

El autocuidado en la superación del duelo también ofrece una mayor resiliencia para apoyar al entorno más cercano. El mes de octubre puede mostrar diversos contrastes en la vida familiar. Por una parte, es un periodo en el que en muchos hogares comienzan los preparativos para celebrar Halloween. Por otra parte, los ritos y tradiciones que se enmarcan alrededor del 1 de noviembre dan una mayor visibilidad en la sociedad a temas universales como la muerte, el paso del tiempo y el duelo que, como comentamos en el artículo, también tiene un proceso intrafamiliar.

Por supuesto, si se produce una pérdida significativa y cercana desde el punto de vista afectivo, es esencial escuchar, dar apoyo y acompañar a niños y adolescentes. Pero todos los duelos individuales que se producen el sistema familiar, merecen tiempo y atención.

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