Pruebas de evaluación externa en Tercero de Primaria: la polémica está servida

Pruebas de evaluación externa en Tercero de Primaria: la polémica está servida

Escrito por: Macarena   @Macarenagonzal    30 abril 2015    7 minutos

Con la LOMCE implantándose, asistiremos en breve a la realización de pruebas externas para Tercero de Primaria, que según la propia ley tienen como objetivo detectar a tiempo a los alumnos con dificultades en el aprendizaje. La primera pregunta que me surge al respecto es ¿de verdad es posible detectar dificultades en el aprendizaje con cuatro pruebas escritas cuyo volumen ronda las 20 páginas cada una? Quiero decir: tratándose de niños de 8 / 9 años que harán estas pruebas a mitad de la Primavera y por ello quizás con temperaturas más altas, y otros condicionantes que no enumero… ¿no sería normal que les costara concentrarse y lo que vendrían a ser ‘despistes’ se interpretaran como dificultades reales?

Estas pruebas (dos del área lingüística, dos de la matemática), ofrecerán resultados individuales, que además de valorar a cada niño, pueden servir para establecer un ranking de centros. El propio redactado de la ley, contradice un poco la supuesta finalidad de detectar dificultades, al exponer ‘de resultar desfavorable esta evaluación, el equipo docente deberá adoptar las medidas ordinarias o extraordinarias más adecuadas’, frase que resulta vaga por no aclarar exactamente ‘qué’, aunque también es lógico puesto que deja la pelota en el tejado de cada colegio.

Cuando empecé a buscar información, me di cuenta de que desde la web del Insituto Nacional de Evaluación Educativa, se ofrecen modelos de pruebas, que son los que los profesores utilizan para que sus alumnos conozcan el contenido y la dinámica, o sea ‘para que las vean venir’, lo cual es (supongo) de agradecer. Al parecer la evaluación de cada prueba realizada por cada alumno, ‘comprobará el grado de dominio de las destrezas, capacidades, y habilidades de expresión y comprensión oral y escrita, cálculo y resolución de problemas; en relación con la adquisición de las competencias lingüística y matemática’. Bueno pues Rafael Feito (catedrático de sociología), nos cuenta que en realidad se trata de una evaluación de contenidos curriculares, y no de competencias.

La visión de Feito aporta un punto de vista diferente al del Ministerio de Educación, porque según una entrada en su blog, estas pruebas ‘no incentivan el pensamiento propio, la iniciativa personal, la creatividad, ni nada por el estilo’. Se reducen a recoger el conocimiento memorístico, y reflejar lo que el texto dice. Son preguntas tipo test, o de respuestas cortas, exceptuando la prueba de ‘expresión escrita’. En verdad, si se quisiera detectar la capacidad de razonamiento e los alumnos, las pruebas tendrían otras características, además de que creo que el razonamiento es algo a potenciar (no es la realidad que vivimos, pero debería) desde el colegio, pero su constructo depende tanto de cada persona que no entiendo por qué deberíamos querer medirlo.

¿Padres contra la prueba?

El subtítulo es un poco exagerado, pero quería llamar la atención… se me ha ocurrido tras leer comentarios en artículos de algunos periódicos que daban vueltas sobre el tema, atribuyendo a CEAPA la intención de boicotear las pruebas. Resulta que desde la organización, se informa de que estas pruebas no beneficiarán a los niños ni a los centros a los que acuden, suponiendo, en cambio, una situación de estrés (de más estrés se entiende), que a día de hoy, y desde hace meses, ya obliga a dedicar tiempo, restándolo de otras actividades más productivas. La organización que engloba asociaciones de padres de escuelas públicas en todo el país, se opone a la publicación de los resultados, argumentando que los (tan de moda) rankings de centros, no tienen en cuenta distintos factores del contexto.

También convocan a los padres y madres a una campaña para pedir en los colegios explicaciones sobre las medidas que cada centro educativo adoptará a tenor de los resultados de la prueba

Pienso que teniendo en cuenta que según el artículo 20.2 de la LOMCE, el resultado obtenido ‘podría tomarse en consideración a la hora de repetir curso’, los padres SI que tenemos derecho a informarnos. Además, en los tiempos que corren, y mientras vemos como surgen nuevos modelos educativos protagonizados por diversas escuelas y profesores; cómo en otros países la Educación se ajusta más a la realidad social, añadir a esta parte tan importante de la vida de nuestros hijos (la escolarización), nuevas presiones, parece más producto de un pensamiento hegemónico que de una preocupación por las dificultades reales de los alumnos.

¿Qué instrumentos prevé la Ley (si ha previsto algunos) para paliar problemas académicos de los alumnos?, porque si no hay nada, ya dejo de creer que las pruebas realmente sirvan para detectar dificultades. No me gusta que se pretenda seleccionar a los niños desde tan pequeños, como no me gusta que en en Tercero de ESO se realice una criba, que empuje a algunos estudiantes a una especie de ‘callejón sin salida’.

Pruebas evaluación copia

Pruebas externas de evaluación: la polémica está servida

Como he contado al principio, constan de dos pruebas del área lingüística: una de comprensión y una de expresión. Un ejemplo de las cuestiones que se plantean es completar una tabla secuenciando acciones de la historia anteriormente leída; y se valorará la ortografía. Y dos pruebas más de cálculo y resolución de problemas, aquí entra en juego la lógica y la integración de conceptos de la asignatura de matemáticas.

Opiniones hay para todos los gustos, y si en algo estoy de acuerdo es que es bueno que el tema genere debate, siempre que sea constructivo. Por ejemplo, hay quien no ve ‘nada de malo’ en pruebas cuya intención implícita es comprobar los conocimientos; hay quien desconfía por que los diagnósticos individuales puedan servir también para publicar resultados por centros, lo que conocemos como ‘rankings’. Se oyen voces afirmando que España necesita mejorar la educación, y que este tipo de evaluaciones puede servir al efecto; y otras que señalan las contradicciones no sólo de la ley vigente en la actualidad, sino de las que la precedieron.

Otra pregunta que yo me hago es la siguiente ¿sirven de verdad las pruebas para evaluar la competencia de cada alumno, o en realidad es el profesor el que debería determinar dicha competencia?

Una educación que necesita mejorar

Hablamos de centros, y de padres… y si acaso de Comunidades Autónomas, y su capacidad para rechazar la realización de la prueba, como en el caso de Asturias, que se va a tomar el plazo establecido en la Ley para acomodarse a ella. Los profesores se pueden quedar al margen, aunque estaría bien conocer su opinión, como ejemplo desde la sección de educación de CCOO, señalan el hecho de que resultan ineficaces para el objetivo pretendido.

Yo no sé si nuestra educación mejorará por realizar las pruebas de las que hablamos, pero sí que sé que nos hacen falta programas de atención al alumnado, ratios reducidas, que paren los recortes, que la educación se modernice y se adapte al avance de la sociedad, que la enseñanza bilingüe sea real y accesible, ¿sigo?. Cada alumno merece ser apoyado en su proceso académico, con medidas adecuadas, que aun siendo costosas inicialmente, sentarían bases para eliminar desigualdades educativas, como ocurre en otros países.

Tengo una hija en tercero, y poco a poco voy elaborando mi propio posicionamiento hacia estas pruebas, como creo que cada padre / madre de niños en este nivel educativo debe hacer. Es un asunto lo suficientemente importante como para que dediquemos tiempo a informarnos. Y – por supuesto – me encantaría también saber qué pensáis.

Fotos | Flickr-USAG-Humphreys, Flickr-ilmicrofono.oggiono

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