Problemas del corazón (II)
Continuando con el tema de las cardiopatías, describiremos cómo se da un soplo cardíaco: El corazón está compuesto por cuatro cavidades, dos a cada lado y la sangre pasa a través de cada una de ellas en el proceso de la circulación. La sangre que está recorriendo cada parte del organismo, es impulsada hasta los pulmones para oxigenarse y recorrer las arterias; después de recorrer el cuerpo y utilizar el oxígeno, la sangre regresa al corazón a través de las venas y de regreso a los pulmones para volverse a oxigenar.
Las cavidades del corazón están comunicadas entre sí por septos y válvulas; el soplo o sonido, puede producirse con el paso del aire por cualquiera de las válvulas o incluso por un orificio interno del corazón mismo. El corazón del bebé está más cerca de la pared torácica y por eso se facilita escuchar los sonidos más sutiles con ayuda del fonendoscopio, mientras el pequeño se encuentre muy quieto y permita al pediatra que lo revise.
Los soplos cardiacos se clasifican en una escala de 1 a 6, según la fuerza con la que se escucha el silbido; el pediatra podrá identificar también otras particularidades, como en qué parte del corazón se encuentra el soplo, qué tipo de sonido se escucha, en qué momento del ciclo cardíaco y si ocurre algún cambio al cambiar al niño de posición. Si hace falta una valoración más profunda, el pediatra remitirá al niño a un cardiólogo pediátrico.
El tipo de soplo más habitual, es el llamado “funcional”, que no representa ningún malestar para la salud del niño y que en muchos casos desaparecerá en el transcurso de la infancia; este tipo de soplo no requiere ninguna dieta, restricción ni tratamiento en particular. Si por el contrario, el soplo puede estar relacionado con un problema cardíaco, se le realizaran al pequeño algunas otras pruebas complementarias para revisar el corazón a profundidad.
El ecocardiograma muestra una imagen precisa del funcionamiento del corazón, sus válvulas, el paso regular de la sangre, la fuerza con que es impulsada y el tamaño y forma de las cavidades. Con esta prueba se pueden identificar orificios en el corazón, averías en las válvulas o septos, que podrían provocar mayor trabajo al corazón; es importante que el pediatra revise con frecuencia al pequeño, para que pueda detectar cualquier tipo de anomalía y remitirle con un especialista si el caso es de importancia.
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