Los problemas para comer y dormir suelen ir juntos en los bebés
Los problemas de los bebé para comer, para conciliar el sueño o para mantenerlo durante la noche, son los más comentados en la consulta del pediatra. Un estudio publicado en Pediatrics demuestra que ambos problemas suelen ser coincidentes. Los padres de bebés con trastornos de alimentación considera el sueño de sus hijos un problema mucho más frecuente que para los padres con hijos que comen bien, y viceversa.
Para el trabajo se incluyó a 58 niños con problemas de sueño, 76 con problemas alimentarios y un grupo control de 547 sin problemas. La edad de los bebés estudiados variaba entre los 6 y los 36 meses. El 25 por ciento de los padres de niños con conducta insome afirmaron que la hora de la comida era un problema, frente al 9 por ciento sin problemas para dormir. El 37 por ciento de los padres de niños con problemas para comer contestó que el sueño era otro problema, frente al 16 por ciento de los que no tenían problema con las comidas.
Aunque los propios autores reconocen que el estudio no está completo y se debe investigar más, consideran importante que los pediatras conozcan esta relación. Apuntan varias causas posibles para estos trastornos, en primer lugar los patrones de comportamiento de padres e hijos. Por ejemplo la ansiedad o la incapacidad de los padres para fomentar y guiar el comportamiento del niño. Es posible que factores psicológicos o psicopatólogicos aumenten las posibilidades de que ambos problemas coincidan en la familia. Tambien podría ser que los padres cuyo hijo tiene uno de los dos problemas, sean más sensibles ante el otro. También pueden coincidir por que el temperamento del niño los propicie.
En segundo lugar podría ser que uno de estos trastornos afecte a la interacción entre padres e hijo y se estropee el otro factor. Si los padres están cansados porque el niño no duerme, podrían ser menos pacientes a la hora de comer, por ejemplo. En el caso de los niños que comen mal, el mal sueño puede estar causado por sed o hambre.
Otra explicación es que comer y dormir son dos funciones fisiológicas que tienen lugar en el cerebro y que están interrelacionadas. Se sabe, por ejemplo que el insomnio y la obesidad tienen relación. Para los autores se trata de un problema de comportamiento ya que ambos trastornos se solucionan modificando determinados patrones. Mantener horarios para comer y dormir rutinarios, ofrecer al bebé comidas variadas y coloridas, contar un cuento antes de dormir y evitar distracciones en ambos momentos, ayudan a corregir los problemas.
Vía | La Prensa Gráfica
Foto | Flickr-Cc511
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