Problemas circulatorios durante el embarazo: Varices y hemorroides
Aunque les damos dos nombres diferentes, las varices y las hemorroides son lo mismo, venas dilatadas, las primeras suelen aparecer en las piernas y las segundas en la zona rectal. Si bien no son problemas exclusivos ni de las mujeres ni del embarazo, este último favorece su aparición. Si ya sufrías estos incómodos problemas antes de quedar embarazada, la nueva situación puede empeorarlos.
Con el embarazo aumenta la cantidad de sangre que circula por tu cuerpo y al aumentar los niveles de progesterona las paredes de los vasos sanguíneos se relajan. Al crecer el útero presiona sobre la vena cava dificultando la circulación de retorno, es decir de las extremidades al corazón. En el caso de las hemorroides, además, la presión del útero sobre el recto, el estreñimiento y permanecer mucho tiempo sentada o de pie son factores que las favorecen.
Hay algunas cosas que podemos hacer para intentar evitar que aparezcan estas molestias o para que lo sean menos. En el caso de las hemorroides es beneficioso beber mucho líquido, comer alimentos ricos en fibra, hacer ejercicio moderado regularmente, no aumentar demasiado de peso, dir al baño siempre que sea necesario y evitar permanecer mucho tiempo en la misma posición.
Para las varices las recomendaciones son las mismas, pero además es conveniente levantar las piernas siempre que puedas y cuando te tumbes hacerlo sobre el lado izquierdo para quitar presión sobre la vena cava que está en el lado derecho del cuerpo.
Si ya estás sufriendo las hemorroides y las varices, hay algunos remedios que pueden ayudarte. Para las varices pregunta en la farmacia porque además de las medias de compresión (que pueden ser muy incómodas), hay cremas relajantes y refrescantes que favorecen la circulación de retorno. Las hemorroides se pueden aliviar con baños de agua templada durante 10 minutos, pero es preferible que consultes con el médico antes de tomarlos. Pregúntale también si puedes usar alguna crema porque no todas son aptas para embarazadas.
Al poco tiempo de dar a luz, estos problemas suelen disminuir aunque sea ligeramente. Tanto las hemorroides como las varices son operables si es necesario, pero mejor hacerlo cuando decidas no tener más niños.
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