Principales características del pensamiento divergente en niños
La creatividad no solo puede alimentarse en el ámbito educativo, sino también en casa. Es un ingrediente que está directamente relacionado con el pensamiento divergente en los niños. A través de este enfoque, ejercitan el ingenio, la observación y el análisis.
Y dan con la clave de iniciativas y propuestas totalmente originales. Los niños destacan por su capacidad para hacer razonamientos poco previsibles. Es decir, tienen en cuenta otras alternativas que amplían el universo de posibilidades ante una situación concreta. Se produce una asociación de ideas diferentes que dan lugar a nuevas respuestas.
Qué es el pensamiento divergente en los niños
Para obtener resultados distintos y crear nuevas posibilidades, es recomendable no hacer siempre las cosas de la misma manera. Cuando se repite un proceso similar, los resultados derivados de esa secuencia también son previsibles. Sin embargo, el pensamiento divergente contempla otras opciones que van más allá del esquema lineal. Una misma situación puede percibirse y contemplarse desde varias perspectivas. En consecuencia, surgen distintas reflexiones.
El pensamiento divergente destaca de forma especial en niños de entre 5 y 6 años a través del juego. Existen muchos productos que se transforman y adquieren un sentido distinto. El pensamiento divergente está muy presente en los proyectos creativos que los niños realizan durante la infancia (en el ámbito académico o en familia). Sin embargo, su aplicación también se contextualiza en las situaciones de la vida cotidiana.
El pensamiento convergente y divergente en los niños: diferentes pero complementarios
Este último pone el acento en aquella opción que se considera más adecuada. Está respaldado por el aprendizaje adquirido por medio de la experiencia. Cuando la aportación de una propuesta se analiza desde este ángulo, parece que solo existe una alternativa correcta.
El pensamiento divergente, por el contrario, muestra que hay otras soluciones que tienen sentido en el contexto en el que se enmarcan. Cada perspectiva tiene su lugar, es decir, son miradas complementarias. El pensamiento divergente está muy presente en los niños. Pero también puede potenciarse y mantenerse en la etapa adulta. De hecho, es muy valorado en distintos sectores profesionales y en el ámbito empresarial. Así lo muestran las reuniones creativas de equipos de trabajo que colaboran en un mismo proyecto.
El pensamiento divergente en el aula está especialmente integrado en la realización de actividades artísticas. Es uno de los aspectos que algunas familias valoran de un modo especial en la elección de un centro educativo. La filosofía y el método de la escuela pueden poner una atención añadida en el desarrollo de la creatividad en la infancia. Las Metodologías Activas son un ejemplo de ello.
El pensamiento convergente es más rígido, por el contrario, el divergente realza la flexibilidad y la adaptación al cambio.
Cómo potenciar el pensamiento divergente en los niños
Utiliza las preguntas abiertas como forma de establecer un diálogo en torno a cuestiones que adquieren más de un punto de vista. Es decir, plantea interrogantes que ofrecen la posibilidad de elaborar una respuesta más desarrollada. Potencia el contacto con el mundo cultural durante el tiempo de ocio en familia. Consulta la oferta de actividades que bibliotecas, museos y otros centros dirigen al público infantil.
Los planes en los que participan otros miembros de la familia aportan un componente intergeneracional. En definitiva, son especialmente creativos. El juego libre, los acertijos y las actividades extraescolares artísticas también son muy positivos para los niños.
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