Primeros síntomas de la hipogalactia
Uno de los motivos por los que se abandona la lactancia materna es la percepción, por parte de la madre, de falta de leche. En muchos casos se puede presentar un cuadro conocido como ‘falsa hipogalactia’, se trata de un problema vinculado a la pérdida de la cultura del amamantamiento y, en muchos casos, la falta de autoestima en las mujeres.
Son muchos los movimientos y organismos que se encuentran luchando para incentivar la lactancia materna, una excelente medida si pensamos en todos los beneficios que traerá para la salud de los bebés.
Para ello se enfocan también en la ‘falsa escasez de leche’ invitando a las madres a creer que cuentan con el suficiente alimento como para permitir el correcto desarrollo del bebé. Un punto clave que se debe conocer es que la lactancia, desde el punto de vista fisiológico, puede llegar a fallar o no puede ser tan excelente como se pensaba, pero esto se da en casos muy puntuales y nada frecuentes.
Debemos tener en cuenta que la producción de la leche depende de la estimulación del pecho y del correcto vaciado.
Los expertos en la materia señalan que la hipogalactia es posible, es un problema muy poco conocido del que muchos prefieren no hablar. Para chequear su existencia se deberá realizar pruebas objetivas, o sea, cuando el bebé que está siendo amamantado no aumente de peso a pesar de darle de mamar con frecuencia y a demanda.
Antes de tener los datos en relación al peso del pequeño será necesario analizar algunos síntomas, por ejemplo, que el bebé orine poco, que no realice suficientes deposiciones, que se vea inactivo o letárgico o que se lo vea mucho más ansioso y nervioso de lo normal.
Las madres, por su parte, también podrán presentar algunos síntomas. Si se nota que el pecho está más lleno antes de las tomas y mucho más blandos después o se ha notado cambios en la subida de la leche.
Causas de la hipogalactia
Debemos tener en cuenta que la producción de la leche depende de la estimulación del pecho y del correcto vaciado. En los casos de que haya bajado la producción se podrá relacionar a un menor estímulo por una mala succión del bebé.
En el caso de una mala succión podemos estar frente a una gran cantidad de horas de sueño, lo que provocará que la succión se vuelva más débil y nada eficiente. Los pequeños que duermen más de lo normal no muestran mucho interés a la hora de mamar. En estos casos se podría dar una escases de leche, pero el cuadro se podrá revertir con facilidad estimulando el pecho con extracciones y animando al bebé a realizar más tomas o tomas más largas.
En otros casos el problema de succión se vincula con un tema estructural o funcional. Se trata de bebés que no pueden mamar, así no se llega a extraer toda la leche y se deja de estimular su producción. Podemos estar frente a bebés que sufran anquiloglosia (frenillo sublingual más corto de lo normal), retrognatia (mandíbula superior retraída) o una falta de tono muscular que impida realizar los movimientos para succionar. En estos casos la producción de la leche se verá perjudicada.
Vía | Crianza natural
Foto | Pixabay – Svenza Bechnisali
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