La primera excursión de los niños durmiendo fuera de casa
Hoy tengo la cabeza en otro sitio, estoy haciendo mi vida normal pero me cuesta un poco más de lo habitual concentrarme. No pasa nada malo, solo que mi, ya no tan pequeña, hija está haciendo su primera excursión con el cole en la que dormirá fuera de casa. Son solo 32 horas pero se me está haciendo larguísimo. No estoy preocupada, se donde está y con quien, y confío plenamente, es una sensación extraña, como la del primer día de colegio. Alegría porque es mayor para hacerlo y pena por lo mismo.
Se que no soy la única (ni único) que ve la primera noche fuera de casa como un gran paso. Hay padres que prefieren no dejarles participar, otros que autorizan sin planteárselo y otros, creo que mayoría, que decimos sí porque hay que empezar a darles espacio y sabemos que será una experiencia positiva, pero que nos gustaría que fuera dentro de un tiempo.
Al menos puedo aportar mis reflexiones sobre esta experiencia. Lo primero es escuchar al niño. Hay algunos que no quieren ir, y tendríamos que respetarlo. Los padres saben si hay que empujarle un poquito para que experimente cosas nuevas o si aún no está listo y en lugar de algo positivo para él sería contraproducente. No pasa nada si no va, habrá más ocasiones, cada niño es un mundo y hay que aceptarlo. Para los que se muestran entusiasmados creo que basta con recordar algunas normas de convivencia y asegurarnos que nos oyen cuando les decimos que no deben separarse de sus compañeros.
Para las madres que como yo se sienten «raras», paciencia, con el tiempo seguro que nos reímos de lo que estamos experimentando ahora.
Foto | Flickr-Othermore (more)
un comentario
Aún recuerdo la primera vez que salió mi hija. Además de estar «sufriendo» todos los días, cuando volvió vino llena de heridas por las caídas… Y una enorme sonrisa.