Prevenir las varices durante el embarazo
Un embarazo suele traer un buen número de cambios en nuestro metabolismo. No sólo nuestra tripa cambia de tamaño convirtiéndose en un caparazón protector de una nueva vida, también el resto de nuestro cuerpo sufre, en mayor o menor medida, una serie de transformaciones que luego, la mayoría de las veces, acaba siendo sólo una experiencia más dentro del milagro de la gestación.
Uno de esos cambios puede ser el de las varices que vienen unidas a los problemas circulatorios que se presentan en estos meses. Aunque, en principio, sólo puede parecer un problema meramente estético, no está de más que sean vigiladas y diagnosticadas por nuestro ginecólogo que será el que determine la gravedad de las mismas, sobre todo para evitar que deriven en una enfermedad tromboembólica, una de las principales causas de mortandad entre las gestantes.
Por eso para evitar que nuestras venas acaben dilatándose hasta la creación de las varices, podemos realizar algunas sencillas tareas rutinarias que nos van a ayudar a su prevención:
- Evita la ropa ajustada y usa los zapatos que más se adecuen a tu pie durante este periodo. No abuses del tacón ni tampoco vayas excesivamente plana. Piensa que durante estos meses el tamaño de tu pie irá variando y necesitaras acomodarte a él si no quieres sufrir en tus paseos.
- Las fuentes de calor: estufas, calefacción, braseros… ayudan a la dilatación de las venas, con lo cual es conveniente que huyas de ellas durante estos meses.
- De igual modo evita el exceso de tiempo en el baño con agua caliente. Lo ideal es una ducha en la que vayas alternando chorros de agua fría y agua caliente en la zona de las piernas.
- Para favorecer la circulación, lo mejor es dormir con las piernas elevadas por encima del nivel de la cabeza. De igual modo, siempre que te sea posible, intenta relajarte con las piernas en alto, evitando estar mucho tiempo de pie o con las piernas cruzadas.
- No descuides los ejercicios que te propone la matrona en las clases de preparación al parto y, siempre que te sea posible, anda al menos media hora cada día.
- Es importante que mantengas la piel hidratada en todo momento y, para ello, no debes olvidar beber todos los días una media de dos litros de agua, algo que va a ser beneficioso para muchos más aspectos de tu salud durante la época gestacional.
Vía | Todo Papás
Foto | Flickr – Rufus Gefangenen
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