Presta atención a la alimentación saludable también en invierno

Presta atención a la alimentación saludable también en invierno

Escrito por: Macarena   @Macarenagonzal    4 marzo 2015    4 minutos

La verdad es que no tenía muy claro si escribir o no sobre alimentación infantil en invierno, puesto que estamos ya en una fase avanzada del mismo. Pero aunque queda muy poco para la primavera, el hecho de que el tiempo sea inestable, y de que nos encontremos aún con días fríos, creo que justifica esta información.

La Naturaleza que es muy sabia, nos ha dotado con un sistema inmunológico, para que hagamos frente a los agentes que provocan infecciones respiratorias, que junto a gripe y gastroenteritis, tienen un gran protagonismo (a nuestro pesar) en la estación fría. La alimentación es clave para mantener ese sistema, aunque no es el único factor.

De hecho el equilibrio nutricional resulta ser básico para asegurar que nos estamos alimentando bien, puesto que cada nutriente tiene unas funciones específicas, y algunos de ellos se encuentran predominantemente en unos alimentos más que en otros. Como ejemplo, las vitaminas en verduras y frutas.

Alimentos recomendados

Es preciso asegurar el aporte de vitaminas y minerales, por ello recurriremos a las frutas y verduras, casi casi en todas las cinco comidas aconsejadas. Idealmente se consumirían en crudo para garantizar que no se pierdan propiedades con las diferentes técnicas de cocción: eso es fácil conseguirlo con las frutas, no tanto con las verduras.

La vitamina C es muy importante en invierno, y no es difícil de conseguir, puesto que precisamente abundan naranjas, mandarinas, verduras de hoja verde, pimientos, …

La forma de preparar los alimentos aumenta su atractivo, ya que si bien en verano a los niños les podría apetecer mucho una ensalada, cuando hace frío, les resulta más apetecible un puré, una crema de verduras; o un guiso de carne; o un potaje de legumbres (mejor siempre prepararlo con vegetales, en lugar de embutidos).

También se les puede dar frutos secos (enteros sólo si tienen más de seis años), porque tienen muchos minerales, aportan energía, y – al contrario de lo que pensamos – los niveles de grasa que poseen no los hacen desaconsejables.

Presta atención a la alimentación saludable también en invierno

Planifica el menú

Aunque sea con un día de antelación, y poniendo especial cuidado en complementar para la cena nutrientes que puedan no haberse ofrecido en el comedor escolar (si es que vuestro hijo se queda). Por ejemplo si han comido pasta con una ensalada pequeña y un lácteo, podríamos recurrir a alimentos ricos en proteínas como el huevo (tortilla), la carne (pechuga asada), o el pescado (croquetas de bacalao).

Si tenemos niños en Educación Primaria (a partir de tercer curso), podemos echar mano de sus libros para recordar la pirámide de la alimentación. Como sabéis, se recomiendan frutas, verduras y alimentos con hidratos (cereales, patata) a diario; algunas veces por semana podemos tomar proteínas de origen animal (incluidos lácteos); y ocasionalmente alimentos muy ricos en grasas o azúcar. El aceite de oliva es una grasa, pero no hay problema en usarlo cada día; y para beber siempre agua.

Idealmente los niños harán cinco comidas diarias (dos de ellas ligeras), y un ejemplo de cómo frutas o verduras pueden estar en casi todas es el siguiente:

* Desayuno: tostadas, yogur y manzana troceada.
* Almuerzo: plátano
* Comida: arroz gratinado con verduras y naranja
* Merienda: mini bocadillo de queso
* Cena: puré de calabacín y tortilla.

En la simulación se encuentran los hidratos, las vitaminas, los minerales, la fibra, y las proteínas

Alimentación Invierno 3

En definitiva se trata de cuidar el equilibrio en la alimentación, sin descuidar estos otros aspectos: comer todos juntos al menos una vez al día, dar ejemplo a los niños, implicarles en la compra, planificación y preparación, etc.

Respecto a los alimentos que consideramos insanos, yo me acojo siempre a la recomendación del nutricionista Julio Basulto en su libro “Se me hace bola”: no ofrecer, no negar. Así, depende más de la disponibilidad, que de la apetencia de los niños.

Por último, y en base a mi experiencia (que no a la de mis hijos, afortunadamente), recordar que la alimentación saludable y equilibrada, es sólo uno de los factores en el mantenimiento de la salud, y la prevención de enfermedades. Quiere esto decir, que las situaciones de carencia deben ser supervisadas por el pediatra o médico de familia, según de quien hablemos, para evitar complicaciones.

Fotos | Flickr – Michael Bentley, Flickr – US Departament of Agriculture, Flickr – Tetra Park

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