¿Por qué mi hijo rechaza la leche? (Parte II)
Seguiremos hablando de las diferentes razones por las que un niño pequeño puede rechazar la leche. En ocasiones lo que sucede es que el pequeño toma una cantidad inferior a la que esperamos y en otros casos directamente ni intenta probarla.
Cuando el niño ha comenzado a incorporar distintos alimentos a su dieta se les puede ofrecer lácteos como queso o yogur, dos formas de ingerir leche fermentada. Una excelente alternativa a quienes sufren de este rechazo.
En el artículo anterior nos hemos referido a un problema que podrán sufrir los niños, a partir de sus 5 años de edad ya dejan de ser considerados como lactante, en esta etapa de la vida podrá suceder que la leche no les caerá bien, este problema se vincula con una enzima llamada lactasa, la que es generada en la pared del intestino. El objetivo de la lactasa es romper con el azúcar de la leche para que el organismo pueda absorberla Cuando los niños tienen más de 3 a 5 años ya no producirán más lactasa y por eso comenzará el rechazo a la leche.
Se podrá sustituir la leche por otras alternativas.
Tanto el yogur como el queso se preparan en base a leche fermentada, lo que genera que se dejen crecer algunas bacteria, las que consumen la lactosa, transformándolas en ácido láctivo. Este ácido provoca que las proteínas de la leche coagulen generando el queso o yogur. El proceso finaliza cuando las bacterias no encuentran más lactosa que consumir.
Quienes tienen intolerancia a la lactosa rechazan la leche
Esto sucede porque si no se puede ingerir el azúcar presente en las leches las bacterias que se encuentran en el intestino aprovechan ese azúcar sobrante para reproducirse. Al incrementar su cantidad aparecerán gérmenes que no deberían encontrarse, fomentando gases, ácido y toxinas en cantidades superiores.
Al incrementarse los gases la barriga se hinchará, el ácido y las toxinas generarán una irritación en el intestino y podrían darse colores, estos síntomas pueden aparecer a los minutos de tomar la leche.
Puede suceder que esto se vuelva crónico, generando que los niños terminen rechazando los alimentos que provoquen este malestar.
En ciertas ocasiones notaremos que los niños que antes tomaban leche sin problemas comienzan a rechazarla, apareciendo una barriga hinchada con gases. Rechazan la leche pero disfrutan comiendo yogur o quesos, ya que son productos sin lactosa, lo que no les provoca problemas.
Si comienzan a rechazar todos los lácteos podríamos estar frente a algún tipo de alergia o intolerancia a las proteínas de la leche de vaca.
Existen diferentes soluciones para solucionar este tipo de problema, recordando siempre lo importante que es consultar con el médico.
No se deberá tomar ningún lácteo Dependiendo de la edad el niño ya estará en condiciones de no necesitar leche para su desarrollo. O se podrá sustituir la leche por otras alternativas.
Vía | Mi pediatra online
Foto | Pixabay – Couleur / Pixabay – Public Domanin
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