¿Por qué cambia el comportamiento del niño en casa y en la escuela?
Escuela y hogar son dos entornos de referencia para el niño. Sin embargo, el comportamiento que el niño muestra en ambos escenarios no siempre es similar. En ocasiones, se producen diferencias significativas entre la casa y el colegio. De este modo, algunos padres se sienten sorprendidos cuando descubren algunos de los comportamientos de sus hijos fuera de casa, porque rompen con la imagen que ellos tienen al respecto. ¿Pero por qué se producen estas diferencias?
1. Cambio de contexto y cambio de rol
Hogar y colegio son dos escenarios diferentes, aunque estén interconectados en la rutina infantil. Además, el niño también experimenta un cambio de rol entre ambos ambientes. Y es que, la etapa académica conecta con las responsabilidades que debe atender como alumno.
2. La interacción con el grupo
Uno de los aspectos que diferencia el colegio y el hogar, desde el punto de vista infantil, es el grupo. Un grupo ante el que puede adoptar posiciones diferentes o vivir procesos distintos: líder, búsqueda de aprobación, deseo de pasar desapercibido… El comportamiento infantil en el ámbito educativo no solo puede estar influenciado por su posición en el grupo, sino también por el deseo de ser aceptado o reconocido.
3. Falta de alineación entre escuela y colegio en relación con normas y valores
Aunque casa y colegio son dos espacios diferentes, es recomendable que estén alineados en aspectos clave como la educación, los valores, las normas, el acompañamiento y la colaboración. Cuando se produce una ruptura entre ambos espacios, ante la falta de alineación de las familias con el centro educativo, el niño también percibe esa diferenciación. Y ese hecho puede reflejarse en su comportamiento.
4. Un hogar estable representa la seguridad y la intimidad
Algunos padres consideran que sus hijos se comportan peor en casa que en la escuela. Y esa observación no tiene por qué ser negativa. Al igual que ocurre a cualquier adulto, el ser humano se muestra de una forma más profunda en espacios de intimidad, seguridad y privacidad. Allí donde se siente protegido por sus seres queridos más próximos. De este modo, el hogar se convierte en el espacio en el que se exteriorizan emociones y reacciones que en ocasiones tienen su origen en causas externas. Aunque el colegio es un entorno seguro y familiar, el hogar tiene un arraigo más significativo desde el punto de vista afectivo.
Es positivo que, en el camino hacia la madurez, el ser humano desarrolle la confianza necesaria para mostrarse tal y como es en situaciones diferentes. Ese hecho es un signo de una autoestima alta. Sin embargo, el autoconocimiento y las relaciones sociales también se nutren con experiencias y aprendizajes que comienzan en la infancia. Por ello, puede ocurrir que un niño se comporte de diferente forma en casa y en la escuela (porque el comportamiento también está condicionado por otros factores externos).
Comentarios cerrados