Poema: El Abuelo de las manos grandes
Todos los días esconden celebraciones especiales. Íntimos homenajes con los que aplaudir la alegría de estar vivos, unidos en familia o sintiendo que el mundo, a pesar de todo, es bondadoso con nuestros sentimientos. Por eso no deberíamos quedarnos con una fecha concreta para abrazar a los seres que tenemos al lado, renovar nuestros afectos y seguir recordándoles que sin su apoyo, su paciencia y su cariño, este camino, posiblemente, sería mucho más penoso.
Hoy se celebra el Día de los Abuelos, estos seres de ilimitadas caricias, palabras siempre sabias y tiempo indefinido para abrazarnos cada segundo como si fuera el último o como si, de repente, nos acabáramos de estrenar a la vida. Mágicos y sorprendentes, siempre dispuestos a dar un paso más, un beso más y cuya casa sigue abierta, de par en par a pesar de las tormentas y los días grises.
Por eso hoy queremos regalarle un poema. Es una preciosa composición del escritor argentino Luciano Saracino que, con tanta delicadeza, ha sabido crear un mundo mágico y especial para los niños. La ilustración, hecha a propósito para el poema, es de Sebastián Barreiro, un maestro de los colores, pura imagen de la fantasía.
EL ABUELO DE LAS MANOS GRANDES
Dicen que una vez la luna
saltó de su cuna
y cayó a la laguna
para hacerle una broma al sol.Y las sirenas cantaron
y los gatos maullaron
y las estrellas bailaron
pero la luna, mojada, allí se quedó.Dicen que esa vez mi abuelo
se acercó, y como en juego,
la colocó entre sus dedos
y la luna, encantada, a su casa volvió.Es por eso que a veces
la luna canta en la orilla
porque mi abuelo, con su silla
la escucha y le cuenta historias de amor.
Vía | Maestra de Infantil