El PNV pide no penar la pornografía infantil para uso propio, aunque luego lo retira
«En los delitos sexuales resulta discutible criminalizar la posesión de pornografía infantil con fines privados que no responden a lesividad alguna y sí a un uso moralista del derecho penal». Esta frase fue registrada por el Partido Nacionalista Vasco (PNV) en el Congreso dentro de la enmienda 10.861 a la totalidad de la reforma del Código Penal. En la 10.866 desaparecía dicha frase. El partido ha explicado que «alguien» del Grupo se dejó llevar por una corriente jurídica, de penalistas, que consideran que estas prácticas no deben ser penadas con la carcel, sino con sanciones administrativas o económicas.
Al margen de la política, la afirmación del PNV es una barbaridad que como padres (o como personas simplemente) debería, cuando menos, revolvernos a todos el estómago. Y en el mismo saco tenemos que meter a esos «penalistas». Los que afirman que es una práctica no lesiva olvidan que hay niños en esas fotos. Que alguien ha explotado, sometido e incluso sodomizado a esos pequeños. Obvian que esos consumidores favorecen la existencia de esos abusos.
¿Cómo no van a ser penadas estas prácticas? Es cierto que no podemos controlar nuestros gustos o preferencias, pero sí nuestros impulsos. Eso significa ser racionales. El enfermo mental que se siente atraído por un niño se convierte en un delincuente en el momento en que decide dejar libres sus impulsos, aunque sea viendo imágenes. Es consciente en primer lugar de que tiene un problema y no busca solución, y en segundo lugar sabe que para poder satisfacerse alguien ha hecho daño a un niño. No es un espectador inocente, es un partipante más en el abuso a estos menores.
No puedo desearles a estos tipos que se llaman juristas o a esos miembros del PNV que sean sus hijos los próximos en protagonizar las fotografías. Los hijos no tienen porque pagar por los errores de sus padres y los de esta gente merecen tanto respeto como cualquier otro. Pero sí me gustaría que se tomaran medidas y ese «alguien» diera la cara y asumiera responsabilidades. La frase no admite interpretaciones, no hay defensa posible para alguien que respalda el consumo de pornografía infantil.
Vía | El Mundo
Foto | La huella digital
2 comentarios
Digo yo que si se reconoce que son enfermos mentales ,lo lógico sería someterlos ha tratamiento serio y cientifico para encontrar la causa de la desviacion y eliminar dicha causa.Suelen ser personas con problemas para relacionarse con otros adultos sexualmente y no buscan ayuda por ese mismo motivo.Encerrarlos y juzgarlos públicamente es lo contrario de lo que se debe hacer si lo que se pretende es devolverlos a la sociedad como personas sanas mentalmente.Pero me temo que ha todos estos que se descargan pornografia infantil por internet los están utilzando políticamente para satisfacer los deseos morbosos y sadicos del resto de la población por parte del fiscal y el gobierno.Recordemos los fallos recientes de la justicia con el asesino de la niña Mariluz y que tanto daño hizo a la imagen del gobierno y a la justicia.Sacar en los periodicos cientos de «pederastas detenidos» es un buen reclamo publicitario para las elecciones.
Sergi, supongo que con un buen tratamiento médico y mucho tiempo se podrá reconducir la conducta de esta gente. Si no piden ayuda es porque no quieren porque son los primeros que saben que están haciendo algo al menos, no aceptado socialmente.
No se si las detenciones son políticas, lo que si sé es que están en la calle el mismo día o al día siguiente, y continúan con las mismas prácticas. Algo debería cambiar. ¿Un psiquiátrico, la cárcel? que lo decidan los jueces pero que los controlen y nos den herramientas a los padres para proteger a nuestros hijos.
Lo que no se puede consentir es que un consumidor de pornografía infantil no sea considerado un delincuente. Si él no compra nadie vende.
Y no se si alguien decidirá su voto por los «pederastas detenidos» cuando todos sabemos que eso sólo significa que les incordian por unas horas.
Gracias por dejarnos tu opinión, un saludo.