La placenta no sale tras el parto
El parto es un proceso totalmente natural, siempre que no tengamos ninguna complicación, y que a pesar de los intensos dolores y esfuerzo que requiere por nuestra parte, y también por la del bebé, tiene un final feliz en el que solemos respirar aliviadas al ver la carita, por fin, de nuestro pequeño. Después de nueve meses navegando entre dudas y sueños, ese ser humano que se ha gestado en nuestro interior ve la luz con singular asombro. El parto es, por lo tanto, como esa guinda que culmina un pastel coronado de gloria.
Si todo ha ido bien a lo largo de la gestación y no se han presentado complicaciones a última hora, el parto debe ir perfectamente en todo su proceso, pero no debemos olvidar que después de nacer nuestro niño, todavía nos queda una última fase, la conocida como alumbramiento, y es la que expulsa la placenta al exterior. Pero ¿qué sucede si esta expulsión no se produce?
Tras el nacimiento del bebé y entre los 5 y 15 minutos posteriores, volveremos a sentir, de nuevo, unas contracciones. En este caso son menos intensas y más cortas, es el momento del alumbramiento o de expulsar la placenta que ha albergado a nuestro niño durante todo este tiempo. Este proceso se realiza de forma natural y sin ningún tipo de ayuda, pero en el caso de que no se produzca entonces será necesaria la intervención del ginecólogo.
El tiempo máximo, según los expertos, que se puede tener la placenta después del nacimiento es de treinta minutos. Si pasado este tiempo no ha sido expulsada se probarán distintas técnicas.
- Se inyectará oxitocina para estimular la contracción del útero.
- Si no sale se realiza la maniobra de Credé que es presionando el fondo del útero a través de la pared abdominal mientras se endereza el canal del parto.
- Si todavía no ha salido se anestesia a la madre para sacarla de forma manual, siempre comprobando que esté entera y no haya quedado ningún fragmento en el interior.
Vía | Ser Padres
Foto | El parto es nuestro