Piscina y playa para niños con dermatitis atópica
La dermatitis atópica es una enfermedad de la piel que la padecen, especialmente, los bebés que presentan una extrema sensibilidad en su epidermis. Es así como aparecen unas rojeces o sarpullidos rosáceos ante cualquier contacto con tejidos o productos para el cuidado de la piel. Aunque existen distintos tipos en la intensidad, se trata de una afección externa que, a priori, no debe condicionar su desarrollo normal.
Ya vimos como en los últimos años este tipo de afección se ha multiplicado de forma considerable en los recién nacidos. Los expertos piensan que se trata de una inmadurez en el desarrollo de su sistema inmunitario, aunque muchos casos vienen marcados por la herencia genética familiar, así que no es extraño encontrar algún miembro más de la familia que, también, lo padezca. Pero ¿en qué varía la crianza con respecto a un niño que tiene dermatitis atópica? Y, especialmente en verano ¿es bueno que disfruten de la piscina y la playa?
La piscina no representa ningún problema salvo en casos graves
Los bebés que padecen dermatitis atópica deben estar controlados por el pediatra. Él sabrá aconsejarnos los productos que son necesarios para mantener su piel perfectamente cuidada. Es necesario que, también, prestemos especial atención a los tejidos de su ropita, vigilando que sean naturales y muy suaves. Así que será el mismo médico el que nos pueda resolver las dudas que tengamos con respecto a lo que resulte más adecuado para nuestro bebé.
En el caso de las piscinas no son perjudiciales, salvo que nos indiquen lo contrario. Salvo en afecciones graves, la piscina puede ser un buen entretenimiento para el peque. De todos modos, no podemos obviar que se suelen utilizar elementos químicos y otras sustancias, como el cloro, para mantener el agua limpia y bien desinfectada, algo que puede dañar a las dermatitis más severas.
Para evitar que vaya a más, después del baño en la piscina le daremos una buena ducha para eliminar cualquier resto químico y, de inmediato, le aplicaremos una crema adecuada para hidratarle bien y así contrarrestar los efectos nocivos de la piscina.
La playa y el sol son beneficiosos pero con precaución
Uno de los destinos favoritos para disfrutar de las vacaciones suele ser la playa. A los bebés les encanta jugar con la arena, sorprenderse con las olas o disfrutar del abrigo de los rayos de sol. Pero si para cualquier niño, y también adulto, es necesario llevar ciertas precauciones cuando estamos en la playa, para los niños que padecen dermatitis atópica, es necesario llevar muchísimo más cuidado.
El sol es muy beneficioso para los peques que tienen este problema de piel, pero no debemos olvidar que, al mismo tiempo, el mismo astro es perjudicial por lo que es básico que utilicemos una protección solar adecuada. Asegúrate que las cremas que vas a utilizar son las indicadas para niños que padecen dermatitis atópica y que contienen el factor adecuado de protección para que no exista ningún peligro añadido a su delicada piel. Evita, también, salir a las horas en las que el sol está más violento y no olvides sus gafas de sol, su gorra y prendas adecuadas para protegerle, además de mantenerlo hidratado en todo momento.
Los baños en el agua del mar son estupendos, también, para estas pieles delicadas. Gracias a las grandes propiedades que nos deja el mar, los niños con dermatitis atópica pueden beneficiarse de ello. Así que el mar, para ellos, puede resultar un excelente bálsamo con el que afrontar el otoño y el invierno de una manera menos virulenta.
Vía | Dermatología
Fotos | Pixabay – Mel4u y Pixabay – McStone
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