Piénsalo bien antes de tatuarte la carita de tu bebé

La emoción que sentimos al nacer nuestro bebé es indescriptible, es una mezcla de felicidad, incredulidad, miedo y amor tan profunda que haríamos cualquier cosa por conservarla para siempre. Fotografiamos a nuestro hijo, le grabamos en vídeo, estamos pendientes de cada gesto y cada movimiento, y le contamos a quien nos quiera escuchar todo lo que estamos viviendo.

Por eso no es extraño que haya padres que decidan tatuarse la carita de su retoño en alguna parte de su cuerpo. Hoy día los tattoos ya no son propiedad exclusiva de marineros y tipos duros, es algo aceptado y en ocasiones son auténticas obras de arte. Pero, como en todo, hay tatuadores buenos y malos y podríamos salir del estudio en lugar de con un sueño cumplido, con una pesadilla permanente.

Hace un par de días en Strambotic podíamos ver una galería de tatuajes que deberían hacer reflexionar a algunos padres. Preciosos bebés convertidos en terribles caricaturas bien por la falta de pericia del tatuador o bien por cosas tan habituales como que se corra la tinta o que quien sirve de lienzo coja o pierda algunos kilos. Los resultados son espantosos y, para toda la vida. Porque quitarse un tatuaje es difícil y muy caro.

Si te estás planteando tatuarte la carita de tu peque piénsalo bien, escoge un buen profesional e infórmate de si su estilo cuadra con lo que buscas. Elige bien la parte del cuerpo donde vas a hacerlo, todos cambiamos con los años y hay zonas en las que se nota mucho más. Y, yo te diría que te tomaras un tiempo antes de hacerlo. Las hormonas, tanto en la madre como en el padre, nos muestran una imagen idealizada de nuestro bebé al nacer. No es raro que al revisar fotos de aquel día la imagen de tu hijo no corresponda con la que has atesorado en la memoria. Además, un recién nacido suele estar arrugadito, si esperas un tiempo su piel estará tersa y será más sencillo captar sus facciones.

Si te decides ¡Suerte!

Foto | Izismile

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