Picaduras de insectos
Los insectos, sean abejas, avispas o mosquitos inoculan una dosis de veneno más o menos tóxica cuando pican. Por esta razón, en el lugar de la picadura aparece una reacción, con enrojecimiento, inflamación y un prurito intenso.
Cuando nuestro hijo ha sido atacado por un insecto, lo primero que debemos hacer es observar si ha dejado el aguijón incrustado en la piel. En ese caso, hay que extraerlo cuidadosamente con unas pinzas. Si no disponemos de pinzas, trataremos de sacarlo con las manos, sin hacer maniobras bruscas para que no se rompa. Después, hay que desinfectar la herida con agua y jabón y secarla sin frotar. A continuación, se coloca una pequeña bolsa de hielo encima para reducir la inflamación.
Si, a pesar de estas medidas, vemos que el chico se sigue rascando, podemos extender una pomada sobre la picadura (indicada por el pediatra). Si el pequeño no es alérgico, estos primeros auxilios lo aliviaran y reanudará sus juegos como si nada le hubiera ocurrido.
Pero si el niño es alérgico, puede aparecer una reacción llamativa con nauseas, vómitos, dolor de cabeza e incluso fiebre. En ese caso, lo correcto es ir sin demora a la guardia pediátrica más cercana, donde le realizaran el tratamiento adecuado.
Las alergias a las picaduras de abejas y avispas deben ser tomadas muy en serio. Algunos chicos especialmente sensibles al veneno de estos insectos corren peligro cuando son atacados por uno de ellos. En ese caso, las reacción puede ser muy grave, con dificultades espiratorias ocasionales por un edema de glotis, shock y hasta pérdida de conocimiento. Por eso, cuando ya se ha dado una reacción alérgica, el médico recomendará llevar siempre encima la medicación adecuada.
Fuente | Ahora Mamá
Consejos Opinión Padres y madres #alergias #insectos #picaduras