Pérdidas de sangre en el embarazo
Durante las primeras semanas del embarazo, pueden darse ciertos pequeños sangrados, que se denominan “de acomodación” del feto en la cavidad uterina o “deciduales”; por otra parte, una pérdida de sangre en meses posteriores es una situación de más cuidado, y puede deberse tanto a circunstancias ginecológicas como inflamaciones, como a obstétricas, mucho más peligrosas para el curso de la gestación.
Una hemorragia decidual, podría presentarse con normalidad durante el primer trimestre, ya que la producción de hormonas sigue su curso, se madura un óvulo y al no ser fecundado, puede perderse una parte de la membrana que recubre el útero, ocasionando un ligero sangrado; cuándo una mujer está embarazada, todo su cuerpo se centra en la alimentación y el bienestar del bebé y por eso se superan estos episodios hacia el tercer mes.
Los sangrados por inflamaciones pueden ser molestos y significar algún peligro para la gestación, pero no al nivel de una hemorragia de causa obstétrica, en la cuál la sangre procede del interior del útero y se denomina “amenaza de pérdida”; lo más importante es acudir de inmediato al obstetra, y guardar reposo absoluto hasta que se determine la causa de la hemorragia.
El miedo ante la circunstancia, podría ser contraproducente; es importante sentirse acompañada y apoyada, descansar y acatar las órdenes del médico; normalmente en estos casos se administra medicamentos uteroinhibidores, que impidan que se contraigan las paredes del útero produciendo una expulsión, y hormona progesterona, para elevar la concentración de la que el organismo produce normalmente.
Fuente | Obstetricia y ginecología. Selecciones médicas. 2000