Pensando en el niño después de la separación
Sin duda que las circunstancias que se producen después de una separación y que pueden llegar a afectar a los niños, preocupan mucho a la mayor parte de los padres que piensen en sus hijos. A veces, se toman decisiones que sólo se ven desde un punto de vista unipersonal y egoísta. Pero las cosas cambian.
Hasta la fecha, el tema de la custodia compartida era planteada sólo en caso de que los padres llegaran a un acuerdo. En algunas ocasiones, las decisiones tomadas no son justas por parte de los padres, lo cual puede afectar al futuro desarrollo del niño.
Por eso, el Gobierno ha tomado la determinación de modificar el código civil en este apartado. Será un juez el que de prioridad a la custodia compartida (50 por ciento del tiempo del niño para cada uno) a la hora de dilucidar las condiciones del niño tras la separación. De esta manera, se da prioridad también al padre, cosa que hasta la fecha estaba menos considerada. La madre tenía, por norma, la asignación de la custodia.
Intentar, por parte de los padres, que el entorno social del pequeño no varíe y, si lo hace, que sea lo menos posible. Que la amabilidad y cordialidad reine entre los padres en el espacio de tiempo que compartan con el niño para que la situación no sea muy traumática. De este modo, se pretender conseguir una cohesión fuerte en el vínculo familiar, además de evitar un posible fracaso escolar en el niño y la opción de que se sienta culpable por la separación producida.
Evidentemente, la custodia compartida no siempre reúne los requisitos necesarios para ser aplicada. Hay entra la función del juez a la hora de aplicarlo. Indicios de violencia, de no preocuparse del niño por diferentes motivos (fundamentalmente de trabajo), etc deben ser tenidos en cuenta para ser justo en la custodia compartida a la hora de concederla o no.
Si llegamos a este punto, en el que un juez tiene potestad inicial para decidir la custodia compartida, es que algo está fallando en las relaciones post separación. Deben quedar a un lado los egoísmos, las disputas, las diferencias irreconciliables, por el bien del niño. Él no debe percibir en ningún momento esta situación. Tengamos en cuenta las posibles consecuencias y seamos honestos. Deben hacerlo por lo único bueno que queda de su vida pasada en pareja.
Vía | ElMundo.es