Pedagogía terapéutica: qué es y cuáles son sus funciones

La personalización es un valor muy importante en el ámbito de la enseñanza. Es clave para adaptar la estrategia y la atención a las necesidades específicas de cada alumno. Pues bien, la pedagogía terapéutica es una disciplina que pone el acento, precisamente, en este punto.

Es una especialización que potencia la educación inclusiva en los centros educativos. Aporta respuestas para acompañar a niños y niñas que presentan necesidades especiales. Es decir, la pedagogía terapéutica proporciona un apoyo añadido a aquellos alumnos que requieren de un mayor nivel de atención y seguimiento.

Perfiles de alumnos con necesidades educativas especiales

Conviene señalar que los perfiles de alumnos que presentan necesidades educativas especiales son muy variados. La atención no siempre se centra en la respuesta ante algún tipo de discapacidad. Es decir, los alumnos que se enmarcan en este ámbito pueden tener una circunstancia que no se agrupa en este punto. Por ejemplo, algunos estudiantes con altas capacidades pueden contextualizarse en este campo. También conviene tener en cuenta otros casos específicos como el de aquellos niños que, por diferentes variables, se incorporan más tarde a un centro educativo.

Por otra parte, puede suceder que, como consecuencia de una enfermedad, el ritmo educativo de un estudiante se haya visto alterado por diversos ingresos hospitalarios. En definitiva, la pedagogía terapéutica ofrece una respuesta adaptada ante las necesidades educativas especiales de diferentes perfiles de alumnos que requieren de una atención añadida durante un periodo concreto o de forma más prolongada en el tiempo.

La importante labor de los maestros de pedagogía terapéutica

Los maestros de pedagogía terapéutica potencian el aprendizaje, el desarrollo de habilidades y la superación de límites por medio de una atención personalizada. La estrategia a seguir siempre parte desde un diagnóstico individualizado que ofrece una evaluación del caso. Establecen unos objetivos de aprendizaje que iluminan un camino que puede ser complejo pero apasionante. Seleccionan los recursos y materiales necesarios para adaptar el contenido. Lo verdaderamente importante no es el ritmo con el que avanza el propio niño, sino su evolución.

El proceso de aprendizaje pone el foco en el desarrollo de las capacidades, pero también en la integración plena del alumno que forma parte del grupo. La diversidad enriquece el aula desde una perspectiva humanista. Un clima que promueve la educación en valores y la inclusión aporta sentido de pertenencia y eleva la autoestima infantil.

La colaboración y el diálogo entre familias y escuelas son nutritivos para la comunidad educativa en su conjunto y, por supuesto, para los estudiantes. Pues bien, la pedagogía terapéutica también potencia el diálogo con los padres de alumnos que presentan necesidades educativas especiales. Es importante generar un clima de confianza entre las partes.

La coordinación entre las acciones que se llevan a cabo en el centro educativo y los hábitos y rutinas de la vida familiar puede alinearse para potenciar el aprendizaje. Finalmente, conviene señalar que el profesional especializado en pedagogía terapéutica trabaja en equipo con los profesores y expertos que se integran en el organigrama de la institución educativa.

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