Patrones de conducta: ¿Cómo influyen en la educación de tu hijo?
Tu hijo está en contacto constante con el entorno. Y en ese entorno percibe diferentes ejemplos a través del comportamiento de las personas que forman parte del hogar. Existe un aspecto que adquiere una especial visibilidad en la educación: el patrón de conducta.
Hay que tener en cuenta que ante cada situación, existen diferentes formas de respuesta. Sin embargo, es habitual que una persona adopte un patrón frecuente con el que se siente seguro, cómodo y familiarizado.
Qué son los patrones de conducta
Como padre o madre responsable, tienes la capacidad y la libertad para profundizar en tus propios patrones de conducta (puedes hacer cambios en aquellas dinámicas que tal vez te ayudaron en el pasado pero interfieren en tu desarrollo pleno en la actualidad). La reflexión en torno a los propios patrones de conducta también pone el acento en el niño. En su caso, él es especialmente receptivo ante la influencia de aquellos ejemplos que percibe en el entorno. De este modo, puede modelar los rasgos positivos o negativos.
Existen diferentes patrones de conducta que, a su vez, reflejan la influencia de las creencias, los pensamientos, las emociones, las acciones y las decisiones en la existencia práctica. Los patrones constructivos, aquellos que afianzan la evolución, el crecimiento y el bienestar, alimentan la felicidad personal en padres y madres (y esa referencia se traslada al niño como un espejo que tiene la fuerza del ejemplo personal).
Es importante que como padre o madre reflexiones sobre los patrones de conducta e identifiques aquellos que se mantienen a partir de la repetición o el comportamiento automático, pero no son verdaderamente positivos en tu vida. En ese caso, es probable que el niño aprenda la enseñanza de ese modelo y la repita durante su crecimiento. Pero la repetición también puede derivar en una respuesta negativa.
Es importante que el niño descubra otros patrones de conducta
El niño descubre la realidad en sus aspectos materiales por medio de la observación, la experimentación y los sentidos. Pero el descubrimiento también tiene un enfoque humano y se traslada a las relaciones personales como muestra el ejemplo de los patrones de conducta que están perfectamente representados en los cuentos y películas para niños.
Por esta razón, el análisis de los patrones de conducta y el mensaje que transmiten a los primeros lectores también se convierte en una referencia clave para elegir libros adecuados para la edad del peque.
Patrones de comportamiento que te recuerdan a tus padres
Es probable que, tras crear tu propia familia, identifiques rasgos en ti que te recuerdan a tus padres. Por ejemplo, tal vez te sorprendas repitiendo algún patrón de conducta que rechazas cuando lo analizas a nivel externo. Del mismo modo, es posible que hayas interiorizado el ejemplo de numerosas lecciones que aprendiste en tu infancia.
En definitiva, desde la crianza consciente puedes potenciar aquellos patrones que consideras constructivos y, por el contrario, profundizar en otras facetas que te gustaría desaprender para hacer espacio a nuevas acciones y formas de desarrollo personal.
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