El papel de la narración oral en las bibliotecas infantiles
La biblioteca infantil es un espacio que facilita el acceso a la cultura desde temprana edad. Una biblioteca contiene un extenso catálogo de obras dirigidas a lectores de diferentes edades. Pero también es un entorno que organiza actividades de ocio que giran en torno a la literatura.
La hora del cuento, que está presente en diferentes espacios, es un ejemplo de ello. Es una iniciativa que pone en valor la belleza de la narración oral como medio para contar una historia que conecta con los oyentes.
Recursos utilizados en la narración oral
La narración oral sigue muy viva en el presente. Existen narradores profesionales que recrean con maestría un relato que centra la atención del público infantil. La voz comunica información más allá de las palabras expresadas en alto. El tono adoptado eleva la intensidad en los momentos clave, aquellos en los que ocurre un hecho significativo. Del mismo modo, la modulación es determinante para evitar que el contenido parezca monótono. Es decir, los narradores poseen experiencia, creatividad y herramientas prácticas para representar historias que despiertan la curiosidad de los niños.
El narrador comunica con sus palabras, pero la expresividad se refuerza con el lenguaje corporal. De este modo, existe una coherencia entre el mensaje verbal y la comunicación del cuerpo. Los gestos de la cara y de las manos, la postura y movimiento enriquecen el relato. La narración oral en las bibliotecas sumerge a los niños en el universo de historias breves que se recuerdan con facilidad. Además, es una fórmula de promoción de la lectura que aproxima a los peques a la biblioteca, donde el libro es el verdadero protagonista. No solo puede producirse una variación en la entonación, sino también en el ritmo.
La narración oral presenta a personajes que comparten un tiempo con los oyentes. Es una experiencia que transmite emociones, sensaciones y sentimientos. La narración apela directamente al sentido de la escucha. El lenguaje de las historias contadas en voz alta es universal. De hecho, cada niño protagoniza sus propias aventuras durante la infancia. Y, en consecuencia, comparte sus anécdotas con los demás. La narración oral muestra una perfecta combinación entre el sonido y el silencio. Las pausas intencionales añaden emoción al relato.
Todos los oyentes se sienten parte de una misma experiencia. Cada asistente percibe con claridad la voz del narrador que llega hasta cada rincón de la sala en la que se desarrolla la actividad. Conviene puntualizar que algunas librerías infantiles de barrio también programan actos culturales para niños.
La biblioteca es más que un entorno de silencio y estudio
Generalmente, la biblioteca está acompañada por el valor del silencio como medio para incrementar la concentración durante la realización de los deberes. Pero la belleza de la palabra no solo está presente en los libros situados en las estanterías, sino en las experiencias de narración oral que se organizan a lo largo del año.
Las familias encuentran en este entorno una forma de aproximación a la literatura y una propuesta de entretenimiento. Por tanto, la biblioteca ofrece un lugar de encuentro y vinculación con otros vecinos del barrio: es un espacio humanista que forma y educa en valores a los niños.
Comentarios cerrados