Pañales usados de bebé para salvar el planeta
Es cierto que desde hace años nos están llegando claros mensajes que nos indican la necesidad imperiosa de cuidar nuestro planeta. Medidas que, a gran escala, tendrán que aplicar los gobiernos pero que con pequeños pasos y gestos cotidianos también podemos contribuir cada uno de nosotros. Enseñarles a reciclar o a utilizar debidamente los contenedores son algunas de las tareas que, desde casa, podemos inculcar a los más pequeños.
Pero las empresas y los investigadores no dejan de maquinar nuevas ideas para sacarle más provecho a los recursos de los que disponemos. Por eso producir combustibles ecológicos es una de las prioridades a fin de mantener el equilibrio de nuestra madre Tierra. Algas, grasas animales, frutas, aceite de flores… todo parece valer para conseguir ese oro líquido tan preciado y escaso a la vez; incluso, según se está investigando, los pañales usados de nuestros bebés.
Una compañía francesa está llevando a cabo un estudio de investigación con el que pretenden conseguir biogás a través de reciclar los pañales usados. Así, a priori, nos podría parecer una broma digna del más atrevido de los humoristas pero parece que la cosa va en serio puesto que cuentan, nada más ni nada menos, que con una inversión de 340 mil euros.
La investigación, a la que han bautizado como «Happy Nanny», se está llevando a cabo siguiendo un orden determinado. Primero se aíslan todos los componentes del pañal y en segundo término valorar la cantidad de energía que se puede desprender y aprovechar de cada uno de esos materiales. Al parecer la orina y la defecación, junto al plástico del pañal, pueden resultar un óptimo componente para la producción de biogás.
Según los datos obtenidos, en Francia se desechan, cada año, un millón de toneladas de pañales, toallitas y pañuelos de papel, cifra que estimamos será similar a la española. Cifra importante si, en este caso, pudiera ser útil para obtener nuevas energías ecológicas. Así bien podríamos afirmar que nuestro niño es lo mejor del mundo, hasta cuando expulsa lo que le sobra.
Vía | Qué!
Foto | Serena Dai