Países que controlan el nombre de los bebés (I)

Países que controlan el nombre de los bebés (I)

Escrito por: Sacra    22 marzo 2013    2 minutos

Hay países que dan especial importancia a los nombres que les ponemos a los niños. Así, por ejemplo, en Islandia hay que ajustarse a la lista ya prevista marcada por la ley o pedir un permiso especial. En Alemania no se usan los apellidos como nombres.

Dar con el nombre perfecto para nuestro bebé es bastante complicado, primero tenemos que ponernos de acuerdo con la pareja y luego pensar en aquel que lo va a acompañar durante toda su vida, que va a ser su seña de identidad y que, queramos o no, resultará ser un escaparate para la sociedad.

Es por eso que algunos gobiernos deciden intervenir para marcar ciertos límites entre los gustos y excentricidades de algunos padres que pretenden hacer de su hijo un «ejemplar único». Pero ¿hasta qué punto está bien o mal que intervengan en nuestras decisiones? Veamos algunos ejemplos curiosos.

Islandia es uno de esos países que conserva una férrea convicción de mantener la claridad en los nombres de los bebés. Así, por ejemplo, Bjork quiso llamar a su hija Blaer, que significa «suave brisa», el estado dijo que era un nombre de varón y no lo identificaron, por lo que la chica ha estado durante quince años llamándose, oficialmente, «Niña». Para ellos es necesario cumplir ciertas normas gramaticales y de género a fin de salvar al niño de posibles burlas. Cada padre que va a inscribir a su hijo, tiene a su disposición una lista con 1.853 nombres de mujeres y 1.712 nombres de hombres, en caso de elegir uno que no esté en esa lista, deberá pedir permiso a un comité especial.

Otro de los países que lleva un control especial con los nombres es Alemania, hay nombres que no pueden utilizarse porque no queda clarificado el sexo. Así, por ejemplo, Matti no especifica si es de chico o chica. Tampoco pueden usarse los apellidos en lugar de nombre y ponen muchos impedimentos para que los bebés tengan nombre de ciudad. Al final gracias a la insistencia de los tribunales un niño pudo llamarse Berlín, y todo porque antes a otro le habían permitido llamarse Londres.

Vía | BBC Mundo
Fotos | Cosas de Peques

Reportajes