Padres y madres que trabajan demasiado: 6 causas frecuentes
Aunque la formación de una familia representa un paso muy importante en la vida de muchas personas, el trabajo también es una fuente de crecimiento, desarrollo profesional y aprendizaje. Sin embargo, cuando el empleo y el cuidado de los hijos se integran en el mismo contexto, surgen dificultades habituales.
Por ejemplo, los padres y madres que trabajan demasiado disponen de poco tiempo para estar con sus hijos. ¿Cuáles son las causas que derivan con frecuencia en esa situación? En Uno más en la Familia explicamos cinco casos habituales.
1. Conciliar más de un empleo para llegar a final de mes
Trabajar demasiado es una necesidad real en un contexto social en el que hay nuevas formas de pobreza. Por ejemplo, cuando un salario no cubre las necesidades esenciales, o implica llegar con dificultad a final de mes, surge el deseo de conciliar diferentes responsabilidades para conseguir unos ingresos extra.
2. Cuando el trabajo se convierte en una forma de evitar una situación compleja en el hogar
La dedicación excesiva al trabajo y las jornadas que se prolongan más allá del horario establecido pueden convertirse en una forma de tapar, disfrazar u ocultar otras carencias personales o familiares. Mientras la persona permanece inmersa en proyectos, objetivos y tareas no pone el foco en esa cuestión que está evitando por alguna razón.
3. Vincular los cuidados con el dinero y las comodidades materiales
El dinero sí está relacionado con el bienestar y la felicidad desde diferentes ángulos. Por ejemplo, una pareja que dispone de una estabilidad laboral cuenta con una mayor tranquilidad para hacer planes a medio o largo plazo.
El dinero ocupa su lugar en el proyecto de vida. Pero los cuidados y las necesidades del bebé no se reducen a cuestiones materiales. De hecho, el tiempo que pasas con tu hijo es una inversión y una fuente de bienestar para ambos.
4. Emprendedores y autónomos: la difícil tarea de conciliar trabajo y familia
En ocasiones, las jornadas de trabajo se prolongan durante más de ocho horas. A veces, los profesionales tienen dificultades para desconectar plenamente de los asuntos laborales en vacaciones de verano o Navidad.
Una realidad con la que se identifican tantos emprendedores y autónomos que gestionan un proyecto muy exigente.
5. Miedo ante el futuro incierto
La exigencia profesional, la falta de descanso y las largas jornadas de trabajo, en ocasiones, se ven reforzadas por el miedo ante el futuro y la incertidumbre laboral. De este modo, padres y madres permanecen inmersos en un ritmo exigente con el objetivo de crear un fondo de ahorro.
6. Una visión del éxito vinculada a la productividad y los resultados
Trabajar demasiado no siempre repercute en un mayor nivel de desarrollo profesional o en una mejor calidad de vida para la familia. De hecho, es frecuente que el estrés termine afectando a la convivencia.
Sin embargo, cada persona tiene la posibilidad de reflexionar en torno a las creencias que se alinean con la idea de éxito que ha interiorizado. En el contexto actual, es frecuente asociar el triunfo con los resultados, la productividad y la consecución de nuevos logros.
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