Padres y madres codependientes de sus hijos: 5 características
La codependencia puede desarrollarse en diferentes vínculos afectivos. En ocasiones, se contextualiza en la relación que padres y madres establecen con sus hijos. En ese caso, el niño se convierte en el centro de la vida del adulto. Se produce una proyección de las propias ilusiones, expectativas y esencia personal en el presente y el futuro del menor.
De este modo, la persona codependiente deposita un peso excesivo sobre aquel niño que crece en un entorno sobreprotector. Es decir, el tipo de cuidado y el estilo de crianza limita la propia capacidad del menor de aprender a gestionar situaciones cotidianas por sí mismo. ¿Qué características principales describen a los padres y madres codependientes? A continuación, exponemos cinco rasgos frecuentes.
1. Identificación con el rol de cuidador
El cuidado forma parte de la responsabilidad de un progenitor que es consciente de su papel. Sin embargo, existen otras facetas que puede desarrollar como ser humano. Pues bien, la identificación con dicho rol predomina de forma habitual en quienes se centran en el bienestar de sus hijos, pero llegan a descuidar sus propias necesidades.
Este desequilibrio en la balanza da lugar a un sentido del sacrificio que puede condicionar el amor expresado hacia el hijo en la adolescencia o en la juventud. El mensaje que esconden algunas palabras y gestos de padres y madres codependientes es: “con todo lo que he hecho por ti a lo largo de mi vida”.
2. El pasado ocupa un espacio excesivo en el presente y en el futuro
El pasado forma parte del recuerdo y de la historia vital de cualquier persona. Sin embargo, el tiempo en el que se posiciona un padre o una madre codependiente es habitualmente el ayer. Las carencias internas condicionan la forma de afrontar el ahora. Y también interfieren en la visualización del futuro. Por ejemplo, el padre o la madre puede anticipar la preocupación que le produce el momento en el que su hijo se independice o se mude a otra ciudad para estudiar en la universidad.
3. Deseo de control
La incertidumbre y lo imprevisible también forman parte de la existencia humana. Sin embargo, el proyecto vital de un padre o una madre codependiente gira principalmente en torno al cuidado, la educación y la crianza.
Y el comportamiento sobreprotector se alinea con el propósito de mantener el control de aquellas situaciones que se integran en la vida familiar. Es un hecho que proporciona una aparente sensación de seguridad que resulta inviable en la práctica (no es posible anticipar todos los imprevistos y variables).
4. Un amor que se alinea con el deseo de recibir
El proyecto vital de un padre o una madre codependiente gira, principalmente, en torno a su hijo. Una situación que se mantiene incluso cuando el niño es adulto, si el progenitor no toma conciencia de aquellas creencias que le limitan. Las numerosas demostraciones de amor que ha llevado a cabo, están condicionadas por la búsqueda de aprobación y el deseo de reconocimiento externo de manera permanentemente.
Es decir, el miedo a la soledad suele ser intenso cuando se enmarca en este tipo de relato vital.
5. Cambios de ánimo que están condicionados por factores externos
El vínculo con el hijo, y todo lo que acontece en torno a este núcleo, puede convertirse en un motivo de felicidad extrema, tristeza intensa, alegría, decepción, frustración, desánimo, ilusión… La persona se siente vulnerable ante aquellos cambios externos que producen una huella inmediata en su propio estado de ánimo (como consecuencia de una baja autoestima).
La codependencia propicia el mantenimiento de un patrón de comportamiento que puede superarse por medio de la identificación de la dificultad y la ayuda especializada.
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