Padres que no van a la biblioteca con sus hijos: 7 razones

Muchos padres integran el hábito de ir a la biblioteca tras la formación de una familia. A partir de ese momento, la sala infantil se convierte en un punto de referencia, especialmente, durante las tardes de invierno. Sin embargo, también conviene profundizar en las razones por las que otras familias no aprovechan verdaderamente los recursos disponibles en este ámbito. ¿Cuáles son las causas por las que tantos padres y madres no van a la biblioteca con sus hijos?

1. Los horarios de la biblioteca no son compatibles con su agenda familiar

Generalmente, las bibliotecas abren sus puertas cada día durante la tarde. Sin embargo, los horarios específicos de cada hogar no solo giran alrededor de la agenda académica del niño, sino también de la disponibilidad de los padres. En ocasiones, los tiempos profesionales no se ajustan al horario de la biblioteca.

2. Libros que no están disponibles en el momento deseado

A veces, los usuarios experimentan un límite habitual, especialmente, cuando intentan tomar en préstamo algunos de los cuentos o libros infantiles más vendidos. Esas obras también se sitúan en la lista de títulos más demandados por los lectores de las bibliotecas. En consecuencia, puede ocurrir que el número de ejemplares disponibles no dé respuesta a la demanda en el corto plazo.

3. Bibliotecas que quedan eclipsadas por otras alternativas de ocio

La relación que cada familia establece con la biblioteca es concreta y particular. ¿Qué ocurre en aquellos casos en los que este plan se convierte en poco frecuente? Hay otras alternativas de ocio que adquieren una mayor relevancia en el tiempo libre.

4. Quejas que derivan en una mala experiencia

El usuario tiene la posibilidad de valorar el servicio de la biblioteca desde una perspectiva integral. Cuando surgen quejas significativas o repetidas en la interacción con el centro, ese hecho puede derivar en un distanciamiento gradual. Es decir, puede suceder que la persona no vuelva a la biblioteca o tarde mucho tiempo en regresar.

5. Desconocimiento de los recursos y herramientas disponibles en las bibliotecas

En ocasiones, la falta de aprovechamiento de los medios que las bibliotecas ponen al alcance de distintos perfiles de usuarios tiene que ver con el desconocimiento. Es decir, algunos padres con niños no son verdaderamente conscientes del catálogo de oportunidades que tienen a su disposición. En otros casos, el usuario sí es consciente de cuáles son los elementos que tiene a su alcance, sin embargo, accede a ellos a través de otros servicios como, por ejemplo, las librerías o el intercambio de libros con otros familiares y amigos.

6. Creencias obsoletas sobre las bibliotecas

La imagen de las bibliotecas sigue muy vinculada con el valor del silencio como expresión de respeto y alimento de la concentración. Sin embargo, la sala infantil es más flexible puesto que se adapta a niños y niñas que juegan en torno a los libros.

7. Cambio de hábitos tras la pandemia

La pandemia llegó acompañada por la necesidad de actualizar hábitos y rutinas. Cambió la visión de los espacios cerrados y los planes al aire libre ganaron un mayor protagonismo. A pesar de que la crisis sanitaria quedó atrás, algunas personas todavía no han retomado el ritmo o el hábito de ir a la biblioteca con la misma frecuencia que antes.

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