Padres primerizos: 5 consejos para calmar el llanto del bebé

Cuando nace un bebé, surge un proceso de conocimiento puesto que los padres descubren a un ser único. Y la comunicación es uno de los factores que indice positivamente en el descubrimiento mutuo. Pues bien, el llanto es uno de los principales medios de expresión para el recién nacido. Sin embargo, es un lenguaje que también puede generar inquietud, intranquilidad y preocupación en padres y madres. ¿Cómo calmar el llanto del bebé? Compartimos cinco consejos esenciales.

1. Intenta identificar una posible causa

Para aliviar el llanto del bebé, y acompañarle durante el proceso, conviene poner atención en sus necesidades. ¿Cuál es el factor que puede estar propiciando su reacción? El hambre, la sed, el cansancio y el sueño son algunos de los motivos habituales. Pero también puede ocurrir que el bebé tenga algún malestar o esté incómodo. Por ejemplo, en relación con esta última cuestión, ten en cuenta que quizá el niño llore si tiene el pañal sucio.

2. Conexión emocional: abrazos, caricias o masajes

Cuando el bebé llora, es importante que le transmitas calma y serenidad. El llanto de un hijo puede poner en alerta a sus padres. Así sucede cuando entran en un estado de tensión. Sin embargo, intenta mantener la calma.

En la mayoría de las ocasiones, el llanto no está causado por un motivo de gravedad. Como hemos comentado, es una forma de comunicación y expresión. Por tanto, intenta mantener la tranquilidad durante la situación. Los abrazos, las caricias y los masajes pueden calmar al niño. También puedes potenciar la conexión emocional a través del canal auditivo: por ejemplo, pon música suave de fondo o entona una nana.

3. Cambia el ritmo de la situación

Existen momentos en los que el llanto está relacionado con una demanda concreta. Y, cuando esa necesidad ha quedado cubierta, el peque se calma. ¿Pero qué ocurre cuando el niño no has conseguido identificar la causa del llanto y este perdura durante más tiempo? Tal vez puedas influir de forma proactiva en la situación a través de un cambio de escenario. Por ejemplo, es posible pasar de una estancia a otra de la casa.

4. Sigue una rutina estable

Como hemos mencionado, el llanto del bebé también puede estar relacionado con aspectos que se integran en el cuidado básico del recién nacido: el hambre, la sed, el cansancio, el sueño… Por esta razón, sigue una rutina estable con horarios ordenados puesto que, de este modo, el peque se familiariza con un contexto cotidiano.

La rutina diaria, por otra parte, se convierte en un mapa que sirve de referencia para los padres. En función de la planificación prevista y los ritmos habituales, adquieren nuevas herramientas para interpretar posibles señales y descartar algunas causas del llanto.

5. Tómate un descanso y deja al bebé en un lugar seguro

A veces, el llanto continuado del bebé produce tensión en los padres. Y, para mantener la calma, en ocasiones es preciso hacer una breve pausa y descansar. Si otro adulto responsable puede ocuparse de su cuidado, entonces, confía en su capacidad para cuidar del bebé. Si no cuentas con la colaboración inmediata de otra persona, deja al niño en un lugar seguro. Y descansa durante unos instantes (si su llanto no está relacionado con un malestar corporal).

Los padres primerizos, con frecuencia, reciben numerosas recomendaciones por parte de familiares, amigos y profesionales. Esas indicaciones pueden ser muy prácticas. Sin embargo, como cada bebé es único, y el llanto es una forma de expresión, confía en tu propio criterio aunque te sientas desorientado ante la falta de experiencia (porque tú conoces a tu hijo y sabes cuáles son sus reacciones habituales).

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