Padres con niños: qué hacer cuando un libro es aburrido

Existen diferentes respuestas ante la lectura. Y un libro no es aburrido en sí mismo, sino que produce respuestas diferentes en los lectores. La visión positiva de la experiencia de la lectura, y de todo lo que aporta durante la infancia, puede hacer que ignoremos que el aburrimiento ante una obra concreta es una experiencia posible. ¿Qué hacer cuando el niño se aburre con un libro?

1. Buscar otras alternativas: existen otras muchas historias

Existen otras muchas historias posibles. En consecuencia, es importante explorar otras propuestas de lectura con las que el niño puede entrar en contacto. Puede ocurrir que ese libro ante el que no ha mostrado demasiado entusiasmo sea una obra que tú le has regalado. Sin embargo, por especial que sea ese libro para ti, es recomendable que el niño tenga la posibilidad de experimentar nuevas aventuras con otros universos.

2. Darle otra oportunidad a ese libro en otro momento

La respuesta del niño ante un mismo libro puede cambiar en función del momento. Por ello, conviene dar otras oportunidades a la historia. El libro puede estar situado en un lugar visible del rincón de lectura, perfectamente acompañado por otros títulos interesantes. El libro, más allá de la lectura, también puede convertirse en un juego.

3. Lee en voz alta para compartir un momento de calidad con tu hijo

La compañía y la magia de la lectura en voz alta pueden convertirse en un antídoto frente al aburrimiento gracias a esa atmósfera emocional que nutre la lectura del libro. Y es que, la lectura en voz alta se refuerza con la interacción, la expresión de emociones, el intercambio de información y el cariño.

4. Busca alguna conexión entre el tema del libro y el universo de tu hijo

El interés por la lectura también se alimenta a través de la conexión con el contenido de la obra. El descubrimiento de la historia se realiza desde una perspectiva distinta cuando surge algún tipo de vinculación entre la obra y el universo del lector. Esta conexión puede girar en torno a un lugar, una temática, una actividad, un valor…

5. Dejar el libro sin terminar: un acto de libertad

Un libro se caracteriza por su originalidad, creatividad y valor cultural. Pero, más allá del amor por la lectura, cada libro también muestra que existen gustos y preferencias diferentes. Por ello, dejar una obra sin terminar también es un acto de libertad. Y puede ser clave para no confundir el acto de leer con una obligación.

¿Qué hacer cuando tu hijo considera que un libro es aburrido y no quiere continuar con la historia? Ese libro también puede tener otras muchas vidas al conectar con otros lectores. Por ello, también puedes regalarlo, compartirlo o donarlo.

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